En la creacion griega al principio solo existía el Caos. De Caos solo surgieron otras dos entidades Nix o Nicte, la noche y Erebo, el mundo subterráneo; al que muchos han querido identificar con el infierno, pero que realmente es mucho más amplio y representaría todo lo que hay bajo la superficie de la tierra.
Después aparecieron Gea o Gaya, la Tierra, Tártaro, que es lo más aproximado al infierno cristiano y finalmente Eros, el amor.
De la relación de Nix y Erebo surgieron Éter, que representa la luz o aire más puro; el que respirarían los dioses, y Hemera, el día.
De la de Gea y Tártaro nacería el monstruo Tifón, que representaba las fuertes tempestades, huracanes y fenómenos de ese tipo.
Mientras que de forma individual Nix engendraría a Tánatos, personificación de la muerte natural; Hipnos, del sueño, Moros, del destino y las Keres, seres femeninos que representaban la muerte violenta y la destrucción. Momo, de la burla o el sarcasmo, Némesis, de la venganza, Oizis, de la angustia, Geras, de la vejez.
Las 3 Moiras, Cloto, Láquesis y Átropo, las hilanderas que tejían la vida de cada persona, Apate, del engaño, Filotes, de la ternura, a las Hesperides y Eris o Eride, la discordia.
A continuación, Gea o la Madre Tierra engendró por si misma a Urano, o el Firmamento Estrellado y a Ponto; que personifica a la entidad primaria del Mar.
Luego Gea se uniría a Ponto y tuvo como descendencia a divinidades marinas más especificas.También se uniría a Urano, que sería el primer monarca de los dioses; el cual al llegar la noche, la cubría (el cielo sobre la tierra) y yacía con ella, engendrando a los 3 primeros Cíclopes, Brontes, Estéropes y Arges.
En primer lugar nacieron seis Titanes varones: Océano, Ceo, Crío, Hiperión, Japeto y Crono, que era muy perverso; y seis Titánides mujeres: Tía, Rea, Temis, Mnemósine, Febe y Tetis.
Los Titanes supondrían una evolución entre los seres divinos ya que comenzaban a representar circunstancias naturales aún primitivas; pero que ya comenzaban a ser más especifica y representaban a unas primeras sociedades primitivas.
Más tarde fueron padres también de los Hecatónquiros, tres monstruos gigantes con cien brazos y cincuenta cabezas cada uno.
Urano era malvado y cada vez que Gea iba a dar a luz, los retenía en el vientre de Gea, no permitiendo que nacieran. Cansada Gea de sufrir; ya que sentía que estaba por explotar, urdió un maléfico plan.
Dio a luz una hoz de acero brillante y buscó la ayuda de Crono, el más perverso de sus hijos para que le cortara los órganos genitales mientras dormía.
Crono esperó agazapado que Urano roncara placidamente y con la hoz provista por su madre, Gea, lo castró tirando sus órganos al mar; produciendo una espuma de donde surgió Afrodita.
La sangre derramada, volvió a fecundar la tierra. De allí nacieron las Erinias, espiritus vengadores de los crímenes de sangre, Los Gigantes y las Ninfas Melíades o de los árboles de fresno.
Urano asusta a su hijo Cronos y le dice que debería tener cuidado con sus hijos, ya que podían arrebatarle el poder como él hizo.
Cronos fue padre junto con Rea de los dioses Démeter, Hera, Hades, Hestia y Poseidón, pero se los tragaba tan pronto como nacían. Cuando iba a nacer su sexto hijo, Zeus, Rea pidió a Gea que urdiese un plan para salvarlo; y que así Crono tuviese el justo castigo a sus actos contra su padre y sus propios hijos.
Gea accedió a ayudarla y llevó a Rea a la isla de Creta donde dio a luz en secreto a Zeus.Cuando hubo crecido, Zeus usó un veneno que le dio Gea para obligar a Crono a regurgitar el contenido de su estómago; liberando a sus hermanos.
Los Titanes que estaban confinados en las profundidades, no estaban de acuerdo y se sublevaron agitando la tierra, sacudiendo las montañas y causando todo tipo de terremotos y maremotos.
Zeus, pensó que si los soltaba se calmarían, pero apenas los liberó de su prisión, comenzaron a arrojarle rocas y amontonar montañas. Este desastre duró diez años.
Zeus deseaba poner orden de una buena vez y para siempre, entonces descendió hasta el Tártaro donde se encontraban encadenados los Cíclopes y los Gigantes de cien brazos y les pidió ayuda para acabar con el flagelo de los Titanes.
Estos accedieron de buena gana y cuando por fin volvieron a ver la luz del sol se llenaron de energía y se lanzaron a la batalla con todas sus fuerzas. Tembló la tierra y se sacudió el cielo hasta que los Titanes quedaron sepultados bajo una montaña de rocas arrojadas por los monstruos de cien brazos. Los que sobrevivieron fueron arrojados al Tártaro y nunca más volvieron a salir de allí.
A partir de entonces quedó definitivamente consolidado el poder y la autoridad de Zeus sobre los dioses del Olimpo y sobre el Universo Griego.