La piedra Rosetta es uno de los grandes enigmas de la humanidad, es una piedra de color oscuro que fue hallada en el año 1799 durante la ocupación francesa de Egipto.
Esta piedra de Rosetta es un fragmento de una antigua estela egipcia de granodiorita,esta inscrita con un decreto publicado en Menfis en el año 196 a. C. en nombre del faraón Ptolomeo V.
La piedra está dividida en tres franjas de posición horizontal y en cada franja se encuentra grabado el texto. En la franja superior el texto estaba escrito en jeroglífico,en la intermedia en egipcio demótico y la inferior en griego.
Las primeras 14 líneas están escritas en jeroglífico. La parte central en Demótico (un derivado del jeroglífico), y ocupa 32 líneas. La parte inferior está dedicada al griego, con un total de 54 líneas.
Tiene unas medidas aproximadas de 1,14 metrosde alta, 72 centímetros de ancha y 28 de grosor.
CONTENIDO
Esta inscripción anunciaba un decreto de los sacerdotes de Menfis, fechado en el año 196 a.C. durante el reinado de Tolomeo V Epífanes (c. 205-180 a.C.).
La Piedra Rosetta es la copia de un decreto hecho público por un consejo general de sacerdotes reunido en Menfis, con motivo del primer aniversario de la coronación del faraón Ptolomeo V Epífanes, rey de todo Egipto.
El texto hace referencia a los honores concedidos al faraón por los templos de Egipto; en reconocimiento a los favores hechos por el faraón a dichos templos; con privilegios para los sacerdotes, sobre todo de tipo económico. Cuya traducción podéis leer a continuación:
«Bajo el reinado del joven que recibió la soberanía de su padre; Señor de las Insignias reales y cubierto de gloria, el instaurador del orden en Egipcio; piadoso hacia los dioses, superior a sus enemigos, que ha restablecido la vida de los hombres, Señor de la Fiesta de los Treinta Años, igual a Hefaistos el Grande, un rey como el Sol, Gran rey sobre el Alto y el Bajo país; descendiente de los dioses Filopáteres, a quien Hefaistos ha dado aprobación; a quien el Sol le ha dado la victoria, la imagen viva de Zeus, hijo del Sol, Ptolomeo viviendo por siempre, amado de Ptah.
En el año noveno, cuando Aetos, hijo de Aetos, era sacerdote de Alejandro y de los dioses Soteres, los dioses Adelfas, y los dioses Euergetes y los dioses Filopáteres, y del dios Epífanes Eucharistos, siendo Pyrrha, hija de Filinos, athlófora de Berenice Euergetes, siendo Aria, hija de Diógenes, canéfora de Arsínoe Filadelfo, siendo Irene, hija de Ptolomeo, sacerdotisa de Arsínoe Filopátor, en el (día) cuarto del mes Xandikos o el 18 de Mekhir de los egipcios»
DESCUBRIMIENTO
La campaña de Napoleón en Egipto duró tres años (1798-1801), en los que Francia e Inglaterra se enfrentaron en tierras egipcias y sirias.
El fracaso militar de los franceses tuvo a pesar de todo un golpe de suerte en el verano de 1799,un capitán del ejército Francés, Pierre-François Bouchard, descubrió la piedra Rosetta (15 de julio de 1799); mientras realizaba trabajos de excavación para reforzar una zona defensiva en la ciudad de Rashid (Rosetta) a unos 80 kilómetros de Alejandría.
Existen numerosas razones para visitar el Museo Británico de Londres; desde el simple hecho de ser gratuito, hasta su merecida fama como uno de los mayores y más completos del mundo, con una colección que sobrepasa las 7 millones de piezas, procedentes de todos los rincones del mundo.
Entre los objetos con más relevancia para la arqueología se encuentra expuesta en el museo la Piedra Rosetta, imprescindible para nuestro actual conocimiento del antiguo Egipto.
DESCIFRADO
Hicieron falta 20 años (1799-1822) para descifrar el código escondido en la piedra Rosetta, pues el idioma jeroglífico se había perdido desde que el Imperio Romano tomase el control de Egipto (30 a.C., aproximadamente).
Fueron muchos los estudiosos que recibieron la transcripción de los textos a lo largo de esas dos décadas, pero muy pocos los nombres que aportaron datos relevantes para el descubrimiento final.
Entre ellos estuvo el británico Thomas Young (físico, lingüista, filólogo), que mantuvo una declarada rivalidad con Jean François Champollion en la carrera por la conquista de los jeroglíficos.
Finalmente, fue el francés quien culminó en el exitoso descubrimiento del código un 14 de septiembre (1822).
Tomas Young descubrió que los nombres de la familia gobernante (Ptolomeo y Cleopatra) se escribían dentro de unos «cartuchos», y fue en base a esta suposición que Champolion buscó las letras que se repetían en ambos nombres.
Mediante un extenuante sistema de eliminación y de equivalencias consiguió demostrar que al contrario de lo que se pensaba hasta la fecha, los jeroglíficos eran letras, no conceptos ni iconos, y correspondían a las sílabas del egipcio antiguo.
Esto abrió las puertas a más de 3000 años de misterio,y nos permitio un acercamiento a las costumbres y las creencias y hechos históricos que habían permanecido en silencio bajo las arenas del desierto.
Como el griego sí se podía traducir comprobo; que había sido realizado en tiempos del rey de Egipto Ptolomeo V, en el año 196 a.C.
A partir de este idioma, empezaron a comparar los tres textos para intentar descifrar los jeroglíficos.
CONSECUENCIAS
Antes de descifrar el texto que contenía la piedra Rosetta era imposible conocer los entresijos de la civilización egipcia escondidos en sus escritos.
Los jeroglíficos eran un enigma incomprensible para arqueólogos, los filólogos, los lingüistas e historiadores. Sin embargo, a partir de 1.822, el intricado idioma de los egipcios dejó de ser un misterio para convertirse en la herramienta; que desvelaría todos los secretos de su civilización.
Aunque en los muros interiores y exteriores de las pirámides y de los templos esparcidos a lo largo del valle del Nilo aparecían muchas inscripciones; todos los que habían intentado descifrarlas habían fracasado.
Eran un misterio, y lo mismo ocurría con los miles de papiros encontrados sobre todo en tumbas,muchos de los cuales habían llegado a Europa y formaban parte de museos y colecciones privadas.
La historia del antiguo Egipto estaba escrita a lo largo de todo el país, desde el delta hasta la primera catarata; en las piedras de cientos de monumentos.
Y sin embargo nadie podía leerla. Hasta que el hallazgo casual de una piedra trilingüe y el genio de un hombre cambiaron las cosas.
Después de permanecer oculto durante siglos, por fin el secreto de los jeroglíficos fue desvelado.
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