La ciudadela Machu Picchu es como se conoce hoy en día a esta ciudadela del Imperio Inca cuyas ruinas datan del 1300 DC. Sin embargo “Montaña Vieja”, como su traducción indica, proviene del lenguaje nativo Quechua; lengua autóctona aún con mucha presencia en algunas comunidades del sur del país, donde esta ciudadela es conocida como Machu Picchu.
Esta ciudadela de Machu Picchu contiene aún los restos de la antiguo asentamiento formado por este poblado parte de la civilización inca; localizado al este de la depresión formada por los sistemas montañosos Machu Picchu y Huayna Picchu con los Andes Centrales al sur del país.
Asentada a una altura de 2.450 metros, sobre un estrecho espolón en los Andes Peruanos; la ciudadela Machu Picchu es una misteriosa y recóndita maravillas de la antigüedad.
Dispersas por la cima de esta montaña se encuentran más de 200 estructuras de piedra primorosamente construidas; algunas tienen aspecto de viviendas y otras de templos; que encierran una basta zona verde de media hectárea y todas están abastecidas con canales de agua corriente y fuentes.
Por toda la ciudadela de Machu Pichu descubrimos piedras sorprendidas a punto de ser colocadas; cuando sobrevino el fin repentino de la obra.
Cuando los ingenieros Incas comenzaron la construcción, el primer paso fue apuntalar la montaña; lo hicieron levantando una asombrosa estructura de terrazas. El proceso de construcción viene, de abajo hacia arriba; es decir que primero fueron creadas de abajo para ir apuntalando la estructura.
Las terrazas
Las terraza, son imprescindibles en la ciudadela de Machu Picchu, si bien algunas se emplearían para la agricultura en pequeña escala; su finalidad principal era sujetar la montaña en su posición y servir del sistema de drenaje para evacuar el inmenso volumen de agua de lluvia recibida. En su estado natural el agua de lluvia hubiera convertido las laderas en fango y Machu Picchu se hubiera derrumbado.
Los Incas contrarrestaron ese efecto, mediante un sofisticado sistema de drenaje; el interior de las terrazas los arqueólogos encontraron una capa de tierra laborable, por debajo de una capa arenosa y por último; la base, grava y piedras más grandes.
En lugar de precipitarse por la montaña el agua se va abriendo camino lentamente a través del suelo; de modo que apenas se produce erosión. Sirviéndose de este diseño básico los Incas adosaron la primera terraza a la montaña y luego la siguiente; reproduciendo el mismo patrón hasta la cima. Una vez allí los ingenieros Incas tuvieron que enfrentarse a un obstáculo aún mayor.
A pesar de carecer de herramientas de hierro los Incas fueron capaces de trabajar el granito una piedra increíblemente dura; actualmente tenemos una pista sobre cómo lo hicieron en las canteras de Machu Picchu. Una vez que los cortadores habían pulido colocaban la piedra en rodillos de madera o barro y la empujaban hasta la construcción. El último paso era colocar la piedra en su lugar y encaja con sus compañeras.
Aunque se ha desechado la idea de que la ciudadela de Machu Picchu formase parte de una sistema de fortificaciones de carácter bélico. Se reconoce por otro lado que el Machu Picchu es proyectado con la idea de albergar un determinado número de edificaciones diseñadas para ofrecer medidas de defensa; ante posibles ataques de otras civilizaciones vecinas con las que el imperio inca mantuvo varios enfrentamientos territoriales.
El diseño
Este inmejorable diseño arquitectónico pudo llevarse a cabo gracias a la perfecta localización y emplazamiento final de la ciudadela; la cual se aprovechó de las inmejorables condiciones de camuflaje que le proporcionaba este extremo paraje rodeado de profundos valles y espesa selva.
La historia confirma que Huayna Picchu fue el punto de vigilancia de la ciudad de Machu Picchu; que le servía como vigía ante las amenazadas territoriales de civilizaciones vecinas y, más tarde de los conquistadores españoles.
La comunidad internacional de arqueólogos han atribuido el descubrimiento de la ciudadela de Machu Picchu al expedicionario estadounidense; y decano del departamento de historia de la Universidad de Yale, Hiram Bingham; reconocido también como afamado antropólogo, el cual inició sus estudios de arqueología por una mera afición a la exploración.
Aún se debate si se le ha de atribuir tal honor pues, los restos arqueológicos presentan varias inscripciones que datan del 14 de Julio de 1901; donde se aprecian claramente los nombres grabados en las ruinas de estos otros visitantes, cuyos nombres son Enrique Palma, Gabino Sánchez y Agustín Lizárraga.
El verdadero descubrimiento de la ciudadela inca de Machu Picchu se ha de otorgar a la población indígena local, mediante la expansión agrícola provocada por la explotación de minifundios por todo el sistema de cordilleras montañosas. Llegó a repoblar este área geográfica situada en las laderas de la cordillera del Vilcanota a tan solo 80 kilómetros de la ciudad de Cuzco.
Los crónicas datadas del año 1901 sobre la estancia de Enrique Palma, Gabino Sánchez y Agustín Lizárraga en la ciudadela de Machu Picchu. Narran la presencia de población indígena local, como el campesino y labrador indígena Anacleto Álvarez.
El Templo del Sol
El Templo del Sol se encuentra situado en el sector urbano y se puede acceder a través de un enorme portón construido con dobles vigas el cual poseía un mecanismo de cierre como medida de protección y seguridad.
La civilización inca consideraba que una posición más cercana al sol les permitiría un mejor y más adecuado emplazamiento; tanto como para sus estudios astronómicos y como para sus rituales religiosos.
La localización de la edificación central más importante se conoce como Torreón y coincide exactamente con la posición con mayor altitud. Es ahí donde se estableció el centro de estudios y prácticas religiosas; y donde se hallaron restos arqueológicos de un artefacto gnomónico; para la medición de tiempo solar.
La torre muestra un impresionante diseño arquitectónico semicircular, cuyo segmento plano contiene la denominada Puerta de la Serpiente. Mientras que la pared circular muestra dos ventanas con una extraña forma trapezoidal.
La construcción se realizó sobre un peñón rocoso de granito de la propia montaña, aprovechando el trazo natural de la cordillera. Sobre este peñón, se levantaron un recinto con 10 metros y medio de pared, mediante bloques.
La piramide de Intihuatana
Encontramos la piramide de Intihuatana. La traducción literaria de Intihuatana nos lleva al concepto de Observatorio. Pues la lengua nativa quechua usaba el término Inti para designar al “astro solar”. Mientras que Wata significa “año”.
Intihuatana es por lo tanto el lugar designado como Observatorio Astronómico de la ciudad. Aunque cumple además otra función con un significado más religioso. Debido a que su localización lo convertía en el perfecto altar para la práctica de rituales sagrados.
En el centro de dicha cámara se puede apreciar uno de los más fascinantes artilugios que la civilización inca habría usado como herramienta de medición para sus amplios estudios de astronomía.
Dicha herramienta confeccionada de tal extraordinaria manera, podría haber ofrecido una inmejorable técnica para la medición temporal a través de los métodos que se basaban en los fenómenos lumínicos. Mediante la lectura de las emisiones de luces y sombras proveniente del sol durante los diferentes periodos estivales como lo son el solsticio y el equinoccio.
Dicho dispositivo consta de una base cuadrangular conformando así un cuerpo prismático de casi 40 centímetros de altura. La orientación sureste-nordeste de este artilugio prismático nos recuerda su finalidad como medidor de horas solares. Debido a que sus cuatro vértices representan los puntos cardinales Norte, Sur, Este y Oeste. Las cuatro direcciones que forman el sistema que hoy en día se usa como referencia cartesiana que nos permite interpretar la orientación de cualquier punto en el globo terráqueo.
Esta dualidad reloj-altar se debe a la creencia en una relación directa entre las deidades incas y los fenómenos astrológicos. De hecho, el Intihuatana aún nos revela ciertas construcciones y localizaciones alineadas. Que representaban a los acontecimientos astronómicos, y por lo tanto; a los dioses de la cultura inca.
Esta increíble edificación piramidal se encuentra ubicada en el sector Hanan de la zona urbana. La localización exacta de la pirámide de Intihuatana se sitúa en las laderas de una de las colinas; esta diseñada para tomar una forma piramidal.
Esto es posible tras convertir las faldas de la colina en terraplenes nivelados formando una estructuración de terrazas. Y corredores sobre una base poligonal; lo que adquiere el aspecto de una pirámide.
La Escalinata de las Fuentes
La “Calle de las Fuentes”, la “Escalinata de las Fuentes” o más comúnmente las “Fuentes Litúrgicas”. Es como se conoce a este conjunto de tanques de reserva de agua, surtidores o “paqchas”. Formado por dieciséis fuentes la cuales poseían un alto significado espiritual y sagrado. Debido a que las creencias religiosas de la civilización inca, consideraban a los elementos de la naturaleza como los dioses más importantes.
La localización exacta de las Fuentes Litúrgicas se situó estratégicamente. Erigiéndose entre dos de las más importantísimas edificaciones de la ciudad: las edificaciones del Templo del Sol y del Palacio Real
El sector este
En el sector al este de la ciudadela se encuentran las construcciones de mayor importancia para la civilización inca. Edificaciones todas orientadas al Sol para facilitar mediciones de los astros. Sector donde se encuentra el Templo del Cóndor; así como el Templo del Sol, el Templo de las Tres Ventanas, la Roca Sagrada y el conjunto residencial de jardines y patios. Este servía como monasterio para las Vírgenes del Sol conocido como Aqllawasi.
Al sur del Templo del Cóndor, se encuentra la zona residencial de la alta clase social inca. La cual comunica con éste mediante una serie de patios.
El Templo Principal presentan una estructura más pulida y lineal. Por lo que los expertos antropólogos se basan en la tesis de que éste fue el templo más importante de la ciudadela. En él se albergaron las celebraciones más importantes y los rituales sagrados de mayor significado espiritual para la ciudad.
La Plaza Sagrada se designa como el centro político-social del sector urbano. Se encuentra rodeada, o mejor dicho, compuesta por el Templo Principal, el Templo de las Tres Ventana y el Intihuatana (símbolo religioso representado por un aerolito labrado en roca maciza). Aunque también asienta a la Casa del Sacerdote y al Templo de la Luna. Rodeada por terrazas, no destinadas al cultivo, sino diseñadas para acoger al gran número de asistentes; presentes en todas las distintas celebraciones y festejos de la ciudad.
De entre los varios emplazamientos que han conformado la división de la ciudadela de Machu Picchu en sus diferentes sectores urbanos. Y consiguientemente en sus diferentes clases sociales.
La Plaza Central o Principal de Machu Picchu, cuenta como una de las más importantes por acoger las más transcendentales celebraciones sagradas de la religión inca. Debido a que sus enormes dimensiones presentan el emplazamiento idóneo para alojar este tipo de multitudinarias ceremonias religiosas y sociales.
La plaza nos muestra como la sociedad inca seguía una estricta, pero a la vez, bien estructurada organización de la ciudad en sus diversas clases sociales. Este vasto espacio creado para establecer los espacios de la ciudad limitados a los habitantes; dependiendo de su status quo dentro de la sociedad inca.
El Templo de las Tres Ventanas es una de las cimentaciones con mayor historia para la ciudad sagrada perdida de Machu Picchu. Según leyendas populares, la ciudad se creó para ocultar a la civilización inca de los conquistadores españoles. Por lo que la localización idónea para tal refugio fue sin duda donde se levantó esta inmensa ciudadela.
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