El juego de la oca es uno de los juegos de mesa más conocidos. El juego de la oca es otro ejemplo de juego iniciático, tan cargado de significado y simbolismo que aún sigue siendo estudiado.
Se dice que su origen está en un juego egipcio llamado Mehent, el Juego de la Serpiente, en el cual el jugador emprendía el camino de la salvación, según unas teorías, o repasaba el calendario lunisolar según otras.
Fue erradicado de Egipto sobre el 2000 a. J.C. nadie sabe realmente por qué, aunque se cree que pudo verse como una ofensa para los dioses.
La oca era venerada en Egipto, ya que se consideraba el ave de la vida primordial que había puesto el huevo cósmico de donde vino Ra, el sol, la luz de la vida.
Sobre el valor simbólico de las Ocas como animal sagrado se ha escrito mucho y diverso. Diremos que hay 13 en el tablero y ya se sabe que el 13 es un número especial.
Las Ocas fueron consideradas desde la antigüedad el paradigma de la sabiduría. Se basaba la creencia en que las Ocas eran las guías sagradas enviadas por los dioses para aconsejar al ser humano a través de sus cantos.
Tomando ese punto de partida, los intelectuales, letrados y estamperos del occidente medieval transformaron los símbolos del juego egipcio de la serpiente y los sustituyeron por símbolos típicos de la edad media.
En los tableros más antiguos no existían nada más que los dibujos correspondientes a las ocas y a las casillas con significado especial como el puente, la posada, el pozo, el laberinto, la cárcel, los dados y la muerte.
El recorrido que se sigue es en forma de espiral cerrada.La espiral es uno de las formas más ancestrales que podemos encontrar representadas. Esta forma de recorrer el tablero expresa el transcurso de la vida, desde el comienzo hasta acabar en un retorno al origen, a la fuente.
Imágenes simbólicas, relaciones numéricas, proporciones, todo ello reflejado dentro del tablero alegoría de la vida.
el soporte del Juego de la Oca distribuye su superficie en 63 casillas o cuadros.
A principios del siglo pasado se encontro el disco de Phaistos, en creta. Es un disco donde hay representadadas 31 casillas en cada una de sus dos caras. Nos recuerda al juego de la oca.
El objetivo final es siempre alcanzar el «jardín de la oca», meta que comporta la felicidad absoluta. Aunque, antes de lograr tal fin excelso, se han de superar múltiples vicisitudes y salvar riesgos o asechanzas.
Comenzamos con el tablero un cuadrado en el cual su interior alberga una espiral. Según Rudolf Koch, ” El cuadrado es el emblema del mundo y de la naturaleza.
En el está simbolizado el número cuatro, tiene multitud de significados, como los cuatro elementos, las cuatro esquinas de los cielos, los cuatro evangelistas, los cuatro ríos del paraíso”.
Con respecto a la espiral, se trata de un símbolo reflejado en cualquier cultura y casi desde los primeros tiempos del hombre. Representa de forma general un movimiento, una evolución que se genera en un punto y avanza dando vueltas sobre sí misma hacia el interior.
De lo cual deducimos que el tablero del juego de la oca se trata de un camino que admite muchas interpretaciones; desde una guía del Camino de Santiago, a un camino iniciático lleno de obstaculos, que tendrá que superar para alcanzar la sabiduría y transformación interior.
Si el jugador cae en una casilla OCA (5,9,14, 18, 23, 27, 32, 36, 41, 45, 50, 54 y 59) gana el derecho avanzar hasta la siguiente casilla OCA, y además puede repetir el tiro.
Si caes en una casilla PUENTE (6 y 12) hay que avanzar hasta la casilla POSADA (19) y se pierde un turno de tirar.Cuando el jugador cae directamente en la POSADA por el tiro del dado; igualmente a dormir hasta el próximo turno.
Si caes en la casilla POZO (31) el jugador está en un grave problema. No podrás volver a tirar el dado hasta que otro jugador pase por esa casilla. Nada, que hay que esperar el rescate para salir del pozo.
Si tienes la terrible suerte de caer en la casilla LABERINTO (42) estarás obligado a retroceder hasta la casilla 30. ¡doce pasos de retroceso!
Puede caer en la casilla CÁRCEL (56), suena mal, pero es una condena corta, solo dos turnos sin jugar.
Hay dos casillas llamadas DADOS (26 y 53), hay que sumar el número de la casilla y el número de la tirada y avanzar la cantidad resultante.
También hay en el tablero una casilla del infierno llamada CALAVERA (58), la que tiene el efecto de hacer regresar a la casilla 1.
ENTRAR AL JARDÍN DE LA OCA: Al llegar aquí hay que esperar a tener el número exacto de pasos que permitan acceder. Además, cuando el dado saca más de lo necesario, el exceso hay que retroceder.
Hay quien dice que el juego de la oca a través de los símbolos que lo forman, agrupados en 7 ciclos, todos con su propio significado, puede revelarnos información de utilidad sobre nuestro futuro inmediato y sobre nuestra evolución personal.
Cualquiera que sea la opción que se escoja como buena, la idea que subyace es siempre la misma: un viaje a través de la vida; con sus fases positivas y negativas; con momentos en los que es más fácil avanzar (de oca a oca y tiro porque me toca); y momentos en los que un error nos llevará directos a la cárcel en espera de que otro jugador nos rescate. Ni más ni menos que como la vida misma.
Las constantes que influyen de forma concluyente son los dados (la suerte en la tirada es decisiva) y las esperas que están fijadas de antemano (y hasta la emergencia de tener que iniciar otra vez el recorrido).
La forma cúbica de los dados está emparentada con la numerología (un compendio de teorías milenarias, y con mucha relación en la Cábala, que por medio de diferentes combinaciones de números estudia el ser humano.
En todo el desarrollo del juego las claves numéricas son muy importantes.No es de extrañar que incorpore las claves numéricas trabajadas muy ampliamente dentro de la cábala judía con la gematría.
Números como el 5, el nueve o el siete son de especial relevancia y con un significado que pueden dar luz sobre el simbolismo del juego de la oca.
Se pueden relacionar esos números con uno de los libros más importantes del judaísmo, el libro de los salmos o sefer tehilim.
La numerología deja en este juego muchas anécdotas, por ejemplo: el número 58, cuyos dígitos suman 13 número de mal fario en la tradición cristiana, corresponde a la parca o muerte.
Si el jugador cae en ella muere y vuelve a empezar de nuevo, para emprender una nueva vida donde no cometa los errores de la extinguida, en vocabulario iniciático a reencarnarse.
Hay que reseñar que la reencarnación iniciática no implica muerte real o material, sino que lleva a empezar de cero, espiritualmente, desterrando errores pasados.
Se trata de alcanzar el conocimiento supremo representado en la casilla final como un paraíso; no donde se colmen nuestras aspiraciones materiales sino un paraíso espiritual de sabiduría y perfección.
A él sólo se llega superando duras pruebas y diferentes obstáculos. Por lo tanto el 13, a priori, es un número malo y sin embargo, si comprendemos la profundidad del mensaje, puede ser el que nos relance a una vida superior.
Otro ejemplo de curiosidad con los números : el 9 es el número de la perfección o conocimiento y el 7 es un número mágico donde los haya, pues bien en el juego de la oca el número 9 se repite ¡7 veces! : 9, 18, 27, 36, 45, 54, 63 (en numerología solo cuenta el número final, que es la suma de las dos crifras, sumalas y obtendrás siempre 9).
Cada una de estas casillas corresponde a una oca con su consiguiente premio que demuestra, al jugador o iniciado, estar en el camino correcto hacia el conocimiento supremo, y así acercarse algo mas al paraíso.
Otras interpretaciones relacionan el juego de la oca con un mapa simbólico del Camino de Santiago, existiendo estudios que relacionan casillas, localidades y puntos exactos en ellas.
Sea cual sea la interpretación, siempre se asocia a un camino de transformación interior, una alegoría de la vida o incluso del ciclo kármico cuando volvemos a la casilla de inicio del juego.
Es curioso que 13 sean las ocas y 13 las jornadas que el Códice Calixtino establece para recorrer el camino de Santiago.
Cada cada símbolo, de las casillas del Juego de la Oca, tiene asignado una población o entorno de etapa. El Camino de Santiago, era un viaje de ida y vuelta y el Juego de la Oca, muestra los símbolos de ambos viajes.
El Juego de la Oca, representa el viaje de ida y vuelta en una sola cara del Tablero, fundiendo las dos caras del Disco de Phaistos.
Según nuestros estudios, el viaje de ida comprenderá 32 etapas, situando la Oca en Santiago de Compostela.
El juego continua representado las casillas de Vuelta en Orden inverso, es decir si doblásemos el Tablero por la mitad o lo representásemos como sucede con el Disco de Phaistos, obtendríamos la representación de Etapas y Símbolos asociados.
Veamos ahora qué obstáculos y azares aparecen en el tablero y cómo pueden relacionarse con la experiencia de aprendizaje del peregrino.
Los Puentes, como símbolo del paso de la tierra al cielo, un avance y un primer aprendizaje, en ocasiones peligroso para el viajero.
La Posada, el lugar de parada con el fin de descansar y recuperar fuerzas para continuar con el aprendizaje. Pero el reposo no es gratis, detiene el aprendizaje, y el peregrino no debe abusar del descanso
Los Dados como símbolo del azar. El iniciado deberá aprender a distinguir para su avance la casualidad y la causalidad, aprovechando los imprevistos para su aprendizaje personal.
El Pozo es una figura que representa la unión entre la superficie y el interior de la tierra, entre el hombre y el inframundo. Caer en él no sólo supone una parada, sino la necesidad de ayuda para salir y seguir adelante.
El Laberinto, con su cruce de caminos confusos para los no iniciados es una prueba más en el aprendizaje del viajero.
La Cárcel supone la poderosa presencia de la ortodoxia intransigente, amenaza para el peregrino que presente la más mínima desviación religiosa detectada.
La Muerte como gran obstáculo del recorrido. Curiosamente, esta casilla representa la tumba del Apóstol Santiago, que no es el objetivo final, la meta del juego de la oca. Quien así lo entienda deberá reiniciar el camino hasta que sea capaz de comprender que el sentido del viaje trasciende el sentido religioso.
La Meta. Una vez superada la casilla de la Muerte, ya solo existe la dificultad de obtener la tirada justa y mesurada para llegar a la Meta.
En el centro de los tableros se suele representar el Jardín de la Oca; que carece de numeración como casilla; puesto que ya no pertenece, según el sentido del juego, al mundo terrenal sino al divino.
Ese es el final del camino, el objetivo último del peregrino que en su búsqueda de la Verdad,se ha iniciado ya en su conocimiento.
https://www.juegodelaoca.com/Esoterico/caminodesantiago.htm
El Juego de la Oca: La simbología ancestral y enigmática del Camino de Santiago