El Origen de los Gigantes blancos esta en el Antiguo Testamento de la Biblia. Los Nefilim o Nephilim (en hebreo nefilim, “los caídos”) son, en la Biblia y otros escritos religiosos judíos y cristianos tempranos; un pueblo de gigantes o titanes hijos de los “hijos de Dios” (bnei ha’elohim) y las “hijas del hombre” (banot ha’adam) (Génesis 6:1-4).
Según la traducción, el término nefilim se ha traducido variadamente por “gigantes”, “titanes” o aún se ha dejado en el original hebreo.
Para los arameos, el término Nephila se refirió específicamente a la constelación de Orión, y así los Nefilim serían descendientes medio divinos de esta constelación.
Según la Biblia, los Nefilim aparecen como la causa del aumento de la maldad de la humanidad. Aconteció que cuando comenzaron los hombres a multiplicarse sobre la faz de la tierra y les nacieron hijas; al ver los hijos de Dios que las hijas de los hombres eran hermosas tomaron para sí mujeres, escogiendo entre todas.
Había gigantes en la tierra en aquellos días, y también después que se llegaron los hijos de Dios a las hijas de los hombres y les engendraron hijos. Estos fueron los hombres valientes que desde la antigüedad alcanzaron renombre. (Génesis, 6, 1-4)
El diluvio universal, y como consecuencia la destrucción de toda la humanidad fue provocada por estos seres; que no habrían sido creados según los planes de Dios; no tienen capacidad espiritual y por tanto no tienen resurrección.
Similarmente se trata según otras versiones, de la descendencia de los ángeles caídos y las hijas de CAÍN, de donde surgió esta raza con el fin de sabotear los planes de Dios, cruzándose y contaminando la descendencia de Adán.
De acuerdo a la tradición rabínica, los Anakim (anaquitas), Refaim (refaitas), Gibborim, Zamzummim, y Emim (emitas), son de la misma raza Nefilim, y todos son nombres que se traducen por “gigantes”.
El término además del Génesis, vuelve a utilizarse para designar a una raza de gigantes en: Números: “Cuando Moisés envió a los espías a la tierra de Canaán, regresaron con la noticia de que allí habitaban gigantes” (Num. 13:33).
Eclesiástico: “¿Acaso, siendo joven (David), no mató a un gigante y extirpó el oprobio del pueblo, cuando lanzó una piedra con la honda y abatió la arrogancia de Goliat?” (Eclesiástico. 47:4)
Baruc: “Allí nacieron los famosos gigantes de los primeros tiempos, de gran estatura y expertos en la guerra. Pero no fue a ellos a quienes Dios eligió y les dio el camino de la ciencia; ellos perecieron por su falta de discernimiento, perecieron por su insensatez”. (Baruc 3:26, 3:27 ,3:28)
Deuteronomio:” Los emitas habitaron en ella antes, pueblo grande y numeroso, y alto como los hijos de Anac. Por gigantes eran ellos tenidos también, como los hijos de Anac; y los moabitas los llaman emitas. Porque únicamente Og rey de Basán había quedado del resto de los gigantes. Su cama, una cama de hierro, ¿no está en Rabá de los hijos de Amón? La longitud de ella es de nueve codos, y su anchura de cuatro codos, según el codo de un hombre”. (Deuteronomio 2:10, 2:11, 3:11)
Libro de la Sabiduría:(un libro Deuterocanónico de la Biblia)”Así también, al comienzo, cuando murieron los orgullosos gigantes, la esperanza del mundo se refugió en una balsa (Arca de Noé) que, conducida por tu mano (de Dios), dejó al mundo la semilla de una nueva humanidad”. (Sabiduría 4:6)
Que en el planeta parece haber estado habitado por gigantes lo demuestra el hallazgo de restos humanos de extraordinarias dimensiones en la India, Tíbet, China, Sudamérica, África … algunos con una edad aproximada de 45.000 años.
Y no solamente huesos, sino también espadas, hachas, lanzas y otros instrumentos como picos de tal envergadura que para poder usarlos habría que tener una estatura de, por lo menos, ¡tres metros!
En una gruta de Aytueca, en la antigua URSS, se hallaron esqueletos de hombres que medían entre 2,80 y 3 metros de altura. Presentaban seis dedos en extremidades superiores e inferiores.
En el condado norteamericano de Bradford, en Pennsylvania, se hallaron, en 1880, en un túmulo sepulcral, cráneos humanos que mostraban cuernos de 5 centímetros situados encima de los arcos ciliares.
La altura aproximada de estos seres era de 213 centímetros. La antigüedad se estimó en unos 800 años. A posteriori, estos huesos se enviaron al American Investigating Museum de Filadelfia, de donde parece que desaparecieron.
Lasan Khol, antropólogo alemán, encontró en 1936, a orillas del lago Elgasi, huesos que pertenecían a especímenes de enorme tamaño
En Marruecos, en una zona próxima a las columnas de Hércules; en una antigua cueva de Nador; se hallaron restos restos de tres esqueletos de niños pertenecientes a una raza desconocida de gigantes.
La Gruta Prehistórica de Ifri N’Ammar; es una pequeña gruta sin mucho interés turístico, excavada entre 1997 y 2005 por un equipo de cooperación alemán-marroquí, en la que se produjeron unos hallazgos realmente importantes para la historia de la evolución del hombre.
En Síria, hace relativamente poco tiempo, se encontró una huella de tamaño gigante petrificada en el suelo.
En el lecho del río Paluxy, en Glen Rose, se descubrieron huellas gigantescas de 54, 61 cm de largo por 13.97 cm de ancho, pertenecientes a un homínido. Los geólogos concluyeron que el lecho del río correspondía a terrenos del cretácico a fines de la era mesozoica (140 millones de años).
Michael Tellinger mostró lo que podría ser una de las mejores evidencias de la existencia de gigantes en la Tierra. Los geólogos se maravillaron con esta huella gigante de granito en bruto de 1,20 metros de largo. Se encuentra ubicadoa en el sur de África, cerca de la ciudad de Mpaluzi, cerca de la frontera con Suazilandia.
Se estima entre 200 millones y 3 mil millones de años a causa de nuestra comprensión actual de la formación de granitos en la historia de la Tierra.
En el año 1492 cuando Cristóbal Colón avistó por primera vez costas en el oriente; se encontro ante un mundo, para ellos, nuevo. El Nuevo Mundo.
Lamentablemente, este mundo murió. Cayó ante las balas y las espadas de los conquistadores, ante enfermedades que no conocían y que parecían traídas por los mismísimos dioses como castigo por costumbres licenciosas. Cayó ante una civilización mejor preparada para esta guerra.
De este nuevo mundo se encuentran muchas de las leyendas y relatos originales de las religiones indígenas, leyendas que por siglos se pasaron de padres a hijos y de abuelos a nietos.
Pero hay una en particular que parece ubicarse en prácticamente todo el territorio americano, replicándose entre las tribus de América del Norte, de Mesoamérica, de los Andes.
Se trata de la leyenda de los gigantes blancos, antiguos habitantes del continente que habrían sembrado las bases de la civilización y enseñado a los primeros hombres.
En la tradición azteca se hablaba de los hombres de la tercera edad del mundo, los “quinametzin”, que habrían sido creados por el dios Tlaloc. Se trataba de gigantes de piel clara que habrían construido la ciudad de Teotihuacán y perecido ante el fuego de Quetzalcóatl.
los Saiduka o Si-Teh-Cah de las leyendas paiutes. De acuerdo con esta tribu, eran gigantes blancos caníbales de cabello rojizo que fueron combatidos por las tribus y, eventualmente, acorralados en la cueva Lovelock.
Miles de años después, la cueva fue re-descubierta y se encontró que estaba llena con guano de murciélago de casi 3 metros de profundidad. El guano de murciélago en descomposición se convierte en salitre, el principal ingrediente de la pólvora, y era muy valioso.
Por lo tanto, en 1911, fue creada específicamente una empresa para la explotación del guano. Al progresar la operación minera, se fueron encontrando esqueletos y fósiles.
El guano se extrajo casi 13 años antes de que los arqueólogos fueran notificados acerca de los hallazgos. Desafortunadamente, para entonces muchos de los artefactos habían sido accidentalmente destruidos o simplemente desechados.
Sin embargo, lo que los investigadores científicos pudieron recuperar fue asombroso: Más de 10.000 artefactos fueron desenterrados, incluyendo los restos momificados de dos gigantes de pelo rojo – una hembra de 2 metros de alto, un hombre de más de 3 metros de altura.
A medida que la excavación de la cueva progresaba, los arqueólogos llegaron a la ineludible conclusión que el mito Paiutes no era ningún mito, sino que era verdad.
Muchos de los artefactos (pero no los gigantes blancos) pueden verse en el pequeño museo de historia natural localizado en Winnemucca, Nevada.
Los comanches de las llanuras hablaban de gigantes blancos de 3 metros de altura que se convirtieron en una raza industriosa y lograron hazañas que nadie había logrado antes que ellos. “Sus fortificaciones”, en palabras del jefe Rayo Vibrante, “coronaban las cimas de las montañas, protegiendo sus ciudades ubicadas en los valles intermedios”.
Eventualmente dicha raza olvidó el respeto y la justicia, se volvió vanidosa y comenzó a creerse superior a los dioses, por lo que el Gran Espíritu la aniquiló.
Leyenda parecida a esta es la de los Navajo, que hablaban de una raza de gigantes blancos llamados “Starnake”. Dotados de tecnología minera, que esclavizaron otras razas y eventualmente se extinguieron o regresaron a los cielos
Existen descubrimientos que, por motivos no del todo claras, se almacenan en el olvido del conocimiento humano.
La siguiente historia parece añadir un elemento importante a la teoría de que, en un tiempo remoto. Una raza de hombres gigantes habitaban el planeta Tierra.
En mayo de 1912 un equipo de arqueólogos del Beloit College en los EE.UU. Una excavación realizada en el lago Delavan en Wisconsin, trajo a la vida más de doscientos montículos efigies que fueron considerados como un ejemplo clásico de la cultura Woodland. Una cultura que se cree el prehistórico americano y que se remonta al primer milenio antes de Cristo.
Pero lo que sorprendió a algunos los investigadores fue el descubrimiento de 18 esqueletos de tamaño enorme y cráneos alargados. La noticia tuvo un gran eco y causo un gran revuelo. Tanto es así que el New York Times informó de la noticia en sus páginas.
Estos esqueletos de los gigantes blancos del Lago Delevan no eran una novedad en la arqueología americana. Urgando en las barras laterales de los periódicos locales. Parece que el hallazgo de Wisconsin es sólo uno de docenas de hallazgos similares reportados por los periódicos locales.
El primer archivo de noticias se remonta a 1856 reportados en un artículo de fecha 21 de noviembre del mismo New York Times.
Pero el New York Times no es el único periódico que lidio con los gigantes. Algunos periódicos informaron de la noticia de los gigantes del siglo. Como Sun, 1893, New Age Magazine en 1913, Popular Science en 1932, el San Antonio Express 1940.
Según los teóricos de la conspiración, el Institución Smithsonian compro los esqueletos con la intensión de evitar el conocimiento del público.
El razonamiento es muy simple: la necesidad de mantener como valida la teoría de la evolución de Darwin. Lo que explica muy bien la evolución normal de todos los seres vivos; incluidos los seres humanos, a partir de formas simples a formas más complejas.
El problema es que estos esqueletos, en relación con el ser humano, muestran una involución. ¿Cómo colocar a estos gigantes humanos en la escala de la evolución humana?. ¿Esto puede ser suficiente motivación para eliminar los artefactos que podrían arrojar luz sobre el pasado distante del hombre?
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