En Costa Rica encontramos unas monumentales esferas de piedra descubiertas en la espesa jungla tropical; donde en otras épocas se desarrollara una particular civilización amerindia. Se hallan de forma abundante en la zona del Pacifico Sur en el Delta del Diquis.
Las primeras esferas de piedra de costa rica se descubrieron en el Delta del Diquís en el año de 1939; cuando la “United Fruit Company”, transnacional estadounidense; inició la siembra de miles de hectáreas de plantas de banano.
En aras del progreso se deforestó de manera meticulosa toda la rica selva tropical que encubrió por siglos el tesoro arqueológico escondido en el Delta del Diquís.
Miles de objetos arqueológicos incluyendo gigantescas estatuas antropomorfas y esculturas zoomorfas, aparecieron por aquí y por allá.
Los vestigios se removieron fácilmente.Toda tumba en la región fue profanada y saqueadas sus ricas ofrendas fúnebres.
Los restos mortales de antiguos reyes y poderosos sacerdotes fueron a parar junto a los escombros de la floresta. Pero aquellos impecables trabajos de “limpieza del bosque” chocaron de frente con la rebeldía de unas imponentes rocas redondas de tamaños y volúmenes diversos.
El alto grado de perfección de estas singulares esculturas aborígenes y la gloriosa manifestación de su pasado, evocan incógnitas similares a las planteadas por las pirámides mayas y aztecas; las gigantescas cabezas de la isla de Pascua, los ciclópeos muros de Sacsayhuamán, los monumentos olmecas, las reliquias de Anáhuac, o la encumbrada ciudad de Machu Pichu, entre muchos otros tesoros amerindios.
Están construidas en piedras de granito Andesita y roca sedimentaria. Estos tipos de piedra no se han hallado en la zona del delta del Diquis.
Las antiguas leyendas decían, que en su interior se escondían piedras preciosas y oro; esto fue el final de muchas de las piedras debido a que mucha gente se dedicó a buscarlas y destruirlas; no hallando ningún tesoro en su interior.
La arqueóloga estadounidense Doris Stone fue la primera en investigar sobre las esferas de costa rica; y de percatarse que en toda la zona del Diquís no existen canteras del material utilizado en la fabricación de las mismas. Desde entonces se debate acerca su procedencia; su elaboración, su naturaleza y su significado.
La mayoría de estas esferas de piedra de costa rica son perfectamente circulares; un sólido bloque y sus superficies agradables al tacto; libres de asperezas. Hasta la fecha no se podido encontrar una esfera en proceso de construcción; o el sitio donde eran producidas.
Al día de hoy se han encontrado unas 300 esferas y continúan apareciendo. Sus diámetros oscilan entre unos pocos centímetros y los 2.5 metros; consecuentemente sus pesos varían desde varios gramos hasta superar decenas de toneladas. Su perfección aparente es sorprendente.
Casi todos los hallazgos de esferas gigantes fuera de la región costarricense del Delta del Diquís; han sido diagnosticados por los expertos como formaciones naturales. Esto nos lleva a la pregunta: ¿De que manera se forman las bolas naturales de piedra?
Según los geólogos este fenómeno se da por varias razones. La más común de ellas es el desgaste natural por abrasión; provocada cuando los bloques rocosos son arrastrados por la fuerza de los ríos desde altas pendientes; en su descenso chocan y se friccionan tenazmente lo cual provoca su redondez.
Otra causa es la exfoliación o pérdida de capas. Con los naturales y constantes cambios de temperatura, aunados a largas exposiciones al medio ambiente; algunas clases de roca desprenden capas de forma cóncava dejando superficies redondeadas.
La actividad volcánica también produce bolas de piedra; esto se da por la cristalización de lava incandescente, en su caída o rodaje desde la cumbre hasta las laderas del volcán.
Asimismo la naturaleza engendra esferas de piedra a partir de concreciones de calcio y carbonatos alrededor de un pequeño núcleo mineral; al que en el transcurso de las edades se van adhiriendo otras partículas, mismas que forman en torno al núcleo original capas y más capas, como las de una cebolla. Estas formaciones esféricas son espectaculares. El proceso geológico que las origina puede durar muchos millones de años.
Hoy, estos tesoros costarricenses son reconocidos en la Lista de Patrimonio Mundial; de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, Ciencia y Cultura (UNESCO).
Diseminadas aparentemente por todo el país, en ellas no hay ningún resto de materia orgánica; por lo que no se han podido datar mediante el Carbono 14.
Sin embargo, por la profundidad a la que se encuentran muchas de ellas; las que todavía no han sido destrozadas por la mano del hombre; y trasladadas desde sus originarios asentamientos; se ha determinado que podrían tener una antigüedad de unos 4.000 años.
En el Museo Nacional de San José, la capital de Costa Rica; se conservan numerosas esferas de piedra pulidas de diversos tamaños: las “bolas grandes” figuran entre los hallazgos geológicos más extraños de la historia universal.
Cientos de esferas de distintos tamaños decoran jardines privados en este país centroamericano; otras han sido abiertas en busca de oro oculto en ellas, con lo que estan destruidas; y otras están muy dañadas debido al fuego provocado durante la tala de la selva.
Arqueólogos costarricenses siguen excavando nuevos ejemplares en el lodo del delta del Disquis y se asombran de la habilidad artesana de los desconocidos autores. Sobre todo las bolas más grandes ; el ejemplar más pesado que se ha excavado hasta ahora tiene 16 toneladas; son tan lisas y redondas que parece imposible que se hayan fabricado sin ayuda de medios mecánicos.
Nadie sabe qué grupo étnico creó las esferas ni por qué fueron creadas. En diversos sepulcros se han hallado ejemplares pequeños, mientras que los grandes estaban dispuestos de manera que formaban largas líneas rectas, líneas onduladas y formas triangulares que sólo se podían ver como tales a vista de pájaro.
Algunos arqueólogos piensan que las piedras fueron creadas por la antigua y bélica tribu de los CHIBCHA; utilizando prisioneros de guerra como esclavos para trabajar las piedras, utilizándolas como símbolo de poder entre grupos y que el tamaño de las esferas iba relacionado con el status de cada pueblo.
También existe la teoría de la representación astronómica. En dicha hipótesis (divulgada por el investigador Michael O’Reilly) se identifica a las piedras como posibles cartas celestes con una finalidad ceremonial o a modo de calendario orientativo.
En 1979 se encontró una de estas piedras en Guayabo de Turrialba (Provincia de Cartago); la cual pudo haber tenido la función de calendario de precisión y que junto al uso de objetos astronómicos de poca magnitud, daba detalles de fechas como los solsticios; el día más largo del año y la duración de la época de lluvias.
Algunos arqueólogos centroamericanos piensan que las esferas son símbolos del Sol y la Luna; quizá también del conjunto del sistema solar con sus planetas, lunas y asteroides. Sin embargo, dado que los incas, mayas y aztecas no representaban nunca el Sol en forma de esfera, sino de disco; las bolas deben de proceder de una cultura megalítica desconocida.
Otra teoría nada convencional, realizada por el antropólogo estonio Iván Zapp en su libro: “La Atlántida en América”; afirma que las piedras podían ser originarias de la Atlántida, isla continente desaparecida hace 12.000 años; y aunque las autoridades arqueológicas de Costa Rica no están muy de acuerdo con esta teoría; el International Biographical Centre, mencionó a Zapp, como uno de los científicos más connotados del siglo.
ESFERAS EN EL MUNDO
En el continente americano, como así también en otras partes del mundo, se han encontrado llamativas esferas de piedra; de distintos tamaños y composición mineral. En algunos casos se le ha atribuido al hombre la manufactura de estas singulares esculturas redondas; y en otros, a la naturaleza.
A mediados del 2007, la maquinaria pesada encargada de construir una carretera en la provincia china de Hunan, topó de frente con una gran cantidad de bolas de piedra. Sus dimensiones van desde el tamaño de una sandía a la estatura de un hombre. Estudios preliminares de las rocas, anuncian que se trata de formaciones naturales integradas por la concreción de carbonatos.
En verdad son impresionantes los centenares de inmensas esferas líticas que embellecen las laderas del ya de por sí hermoso paisaje de la Sierra Ameca.
Según algunos expertos, el origen de dichas esferas se debe a la unión de cenizas volcánicas por cristalización a muy altas temperaturas.
Sus diámetros oscilan entre los 60 y 335 centímetros Estas colosales esferas están muy bien documentadas.
En la tierra de los terremotos, situada en el cinturón de fuego que circunda al Océano Pacífico, entre las placas tectónicas australiana y pacífica; y los ancestrales dominios Maorí, también se han encontrado grandes cantidades de esferas de piedra.
Allá se les llama: los cantos rodados de Moeraki. Según las tradiciones orales de la isla son piedras sagradas. Hoy constituyen un importante atractivo turístico de la Isla y están protegidas dentro del dominio de una reserva natural. Los turistas de South Island afirman que estas bolas alcanzan hasta los 4 metros de diámetro.
En varias islas del Caribe: Cuba, La Española, Puerto Rico, República Dominicana, así como en las costas continentales caribeñas; se han reportado, no pocos hallazgos de un artefacto conocido como “esferolito”; se trata de pequeñas esferas de piedra (entre 2 cm. y 15 cm. de diámetro) que aparecen en los yacimientos arqueológicos y en algunos campos de labranza, donde son recogidas por los campesinos.
Por su contexto la mayoría de estos esferolitos se han asociado a rituales fúnebres. Generalmente aparecen al lado de la cabeza del difunto. Pero también se han encontrado formando alineaciones; dentro de puntos de observación en plazas ceremoniales prehispánicas de las Antillas Mayores.
Podemos ver vastos conjuntos de bolas líticas en el Parque geopaleontológico de Ischigualasto (voz quechua que significa “sitio donde se posa la luna”) declarado por como Patrimonio de la humanidad.
El también llamado “Valle de la luna ” es considerado por los viajeros como uno de los sitios más interesantes del mundo.Además de ostentar las esferas mas viejas de todo el planeta este inmenso paraíso de los fósiles; posee el registro de dinosaurios más antiguo del mundo”.
La región es igualmente rica en manifestaciones de arte rupestre, el cual sería interesante estudiarlo a la luz de las esferas; pero en el Valle de la luna el protagonismo pertenece a los dinosaurios.
En el año 2005, el investigador Semir Osmanagic, desató una acalorada polémica; por el supuesto descubrimiento de gigantescas pirámides en Bosnia. La controversia continúa y aun la comunidad científica internacional no ha dado su veredicto.
Ese mismo año se añadió a la discusión el descubrimiento, cerca de la aldea de Ozimici, de 20 esferas de piedra; que según apreciaciones del geólogo egipcio, Dr. Aly Abd Barakat “se trata más bien de un fenómeno artificial que natural”.
En el mes de mayo 2008 en el Estado de Anzoátegui, poblado de Onoto, Municipio Cagigal; tierra ancestral de los aborígenes “Cumanagotos” donde se desenterraron decenas de Inmensas esferas de piedra similares a las esferas de Costa Rica. Las primeras esferas se descubrieron hace años, cuando iniciaron las excavaciones para la construcción de una represa en del río Unare.
https://despiertacordoba.wordpress.com/2017/02/09/enormes-esferas-por-todo-el-mundo/
https://micostaricadeantano.com/2018/05/24/las-misteriosas-esferas-de-piedra-de-c-r/