El Lago Titicaca es el segundo más grande del planeta y el lago navegable mas alto del mundo, con una superficie de 8562 Km2. Bolivia tiene menos de la mitad. El resto le pertenece al Perú.
Este lago tiene dos lados: el norte y el sur. En el lado norte se encuentra el denominado Lago Mayor o Chucuito. Su mayor profundidad en esta parte llega a 283 metros. El lado sur, conocido como el Lago Menor o Huiñamarca, tiene solo 45 metros de profundidad.
El lago en general está a una altura de 3810 metros sobre el nivel del mar. La agua de este lago por lo general es transparente y azul con una calidad de luz excepcional. El clima aquí es de grandes variaciones.
De día alcanza los 25 C centígrados y por las noches casi siempre es frio. El agua de este lago es un poco salada.Puma de piedra es el significado de la palabra titicaca y que da nombre al lago.
El lago Titicaca modera el clima de su zona circundante, pues absorbe y retiene la energìa solar del día y la irradia en la noche. Por esta razón el clima en las zonas circundantes al lago no son extremadamente frías como se esperaría sobre los 3800 msnm, esto a su vez influye en las actividades agropecuarias en el área que rodea al lago.
Debido a esto, en Perú el área circundante al lago es la región geoeconómica más importante de los andes sudperuanos; sólo en esta zona se encuentran el 49% de las alpacas, el 32% de ovinos, el 29% de llamas y el 10% de vacunos de todo el Perú.
Leyenda
Hace mucho tiempo, el lago Titicaca era un valle fértil poblado de hombres que vivían felices y tranquilos. Nada les faltaba; la tierra era rica y les procuraba todo lo que necesitaban. Sobre esta tierra no se conocía ni la muerte, ni el odio, ni la ambición. Los Apus, los dioses de las montañas, protegían a los seres humanos.No les prohibieron más que una sola cosa: nadie debía subir a la cima de las montañas donde ardía el Fuego Sagrado.
Durante largo tiempo, los hombres no pensaron en infringir esta orden de los dioses. Pero el diablo, espíritu maligno condenado a vivir en la oscuridad, no soportaba ver a los hombres vivir tan tranquilamente en el valle. Él se ingenió para dividir a los hombres sembrando la discordia.
Les pidió probar su coraje yendo a buscar el Fuego Sagrado a la cima de las montañas.
Entonces un buen día, al alba, los hombres comenzaron a escalar la cima de las montañas, pero a medio camino fueron sorprendidos por los Apus. Éstos comprendieron que los hombres habían desobedecido y decidieron exterminarlos. Miles de pumas salieron de las cavernas y se devoraron a los hombres que suplicaban al diablo por ayuda. Pero éste permanecía insensible a sus súplicas.
Viendo eso, Inti, el dios del Sol, se puso a llorar. Sus lágrimas eran tan abundantes que en cuarenta días inundaron el valle.Un hombre y una mujer solamente llegaron a salvarse sobre una barca de junco.
Investigaciones
En los últimos 50 años se realizaron numerosas exploraciones subacuáticas en el lago, muchas de ellas con notables descubrimientos arqueológicos, lo que empieza a darle sustento histórico a algunas de las narraciones que hasta ese momento eran sólo leyendas.
En 1966, un grupo de buzos argentinos liderados por Ramón Avellaneda encontró un camino empedrado de unos 30 metros de longitud; siete edificaciones de unos cinco metros de ancho y diez de largo en forma de U con la parte abierta señalando hacia el centro del lago y veintidós muros paralelos. El descubrimiento fue realizado a siete metros de profundidad cerca a Puerto Acosta, ubicado próximo a la frontera con el Perú.
En el 2000, un grupo italiano de exploración científica, Akakor, inició una serie de expediciones de exploración subacuática denominadas Atahuallpa 2000, Titicaca 2002 y Tiwanaku 2004.
En estas expediciones se descubrieron los restos de una ciudadela a 8 metros de profundidad del lago. El hallazgo incluyó varias piezas de cerámica; un ídolo de oro de sesenta centímetros y unas murallas de piedras perfectamente encajadas unas con otras; muy similares a las encontradas en Machu Pichu.
Lo que pareció una broma o exageración de un grupo de científicos quedó demostrado: en el fondo del lago Titicaca existen evidencias arqueológicas de una civilización que se remonta a cuando menos 1.500 años antes de Cristo.
Un informe preliminar de una expedición denominada “Atahualpa 2000”, realizada en agosto; estableció la existencia de vestigios ahora sumergidos de una antigua civilización levantada a lo largo de las costas del Titicaca; el lago navegable más alto del mundo.
Un grupo de científicos bolivianos y belgas, de la Universidad Libre de Bruselas; halló en el fondo del lago Titicaca los restos de un timón y un ancla de una embarcación de 1.500 años de antigüedad; además de piezas valiosas que revelan un intenso intercambio de las culturas andinas con otras regiones de América del Sur.
En 2013, el proyecto belga/boliviano de arqueología subacuática denominado ‘Huiñaimarca’ (pueblo eterno, en aymara), recupero del lago unos 2.000 objetos de la cultura Tiahuanacota, incluyendo piezas de oro y plata, huesos, cerámicas y figuras de animales como pumas.
Solo en los primeros dos meses de exploración se ubicaron 31 fragmentos de oro laminado, principalmente alrededor de la Isla del Sol; desde donde la leyenda dice que emergieron Manco Cápac y Mama Ocllo.
Un estudio publicado en la revista Proceedings of the Natural Academy of Science (PNAS por sus siglas en inglés) en abril de 2019 develó la existencia de una cultura anterior a los incas que ya realizaba ofrendas religiosas.
Un conjunto de extraordinarios artefactos y restos hallados cerca de la Isla del Sol, en el lado boliviano del lago titicaca, indican que la religión organizada surgió en la región mucho antes de lo que se pensaba.
Capriles es uno de los autores del estudio que acaba de ser publicado en la revista de la Academia de Ciencias de Estados Unidos, PNAS por sus siglas en inglés.
“Nuestra investigación muestra que los pobladores del estado de Tiwanaku, que se desarrolló en el Lago Titicaca entre los años 500 y 1.100 AD, fueron los primeros en realizar ofrendas de valor a deidades religiosas”.
El equipo científico fue liderado por Christophe Delaere, investigador del Centro de Arqueología Marítima de la Universidad de Oxford y de la Universidad Libre de Bruselas, y autor principal del estudio.
Los arqueólogos usaron sonares y equipos submarinos de fotogrametría para escanear el sitio del hallazgo, el arrecife de Khoa, en las cercanías de la orilla noroeste de la Isla del Sol, a una profundidad superior a cinco metros.
“Este hallazgo es extraordinario porque estas piezas estaban todas asociadas y en contexto, lo cual nos permite acceder al comportamiento ritual de la sociedad que produjo estas ofrendas y su importancia ceremonial”, señaló el arqueólogo boliviano.
Entre las ofrendas había un gran número de piezas de oro, incensarios de cerámica con forma de puma, un animal sagrado, así como miniaturas de conchas y lapidaria (piedras preciosas), señaló Capriles.
“El Lago Titicaca protege los materiales de sus culturas antiguas del tiempo y de la interferencia del hombre. Nunca se habían descubierto antes tantos artefactos de esta calidad”.