En el mismo lugar considerado por muchos creyentes como una de las sedes sagradas, se encuentra el conocido Archivo secreto Vaticano, la documentación oficial de la Santa Sede.
Rodeada de mitos y algunos rumores, la biblioteca personal del Pontífice contiene algunos de los secretos mejores guardados de la historia universal.
A los archivos se les denominó “Archivum Secretum Apostolicum Vaticanum”, solo que en latín “secretum” no tenía la misma connotación de confidencial que la palabra “secreto” actual. “Secretum” quería decir “de acceso privado”.
La Ciudad del Vaticano fundada en 1929 después de la firma de los Pactos de Letrán, es una ciudad independiente rodeada por el territorio de la ciudad de Roma, con una población de alrededor de 900 habitantes y en la que se encuentra la emblemática e imponente Basílica de San Pedro cimentada en el lugar de eterno descanso del apóstol.
Declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1984, alberga a la cabeza de la religión católica romana y a los sucesores de Pedro.
El Archivo secreto Vaticano es considerado un libro extraordinario, custodio de las memorias de la civilización. Fue fundado por el Papa Pablo V hacia 1610.
El historiador Terzo Natalini, autor de la obra Archivo Secreto Vaticano, asegura que «arraiga en tiempos mucho más lejanos, relacionándose con el origen, la naturaleza, la actividad y el desarrollo de la misma Iglesia»
El archivo secreto vaticano es uno de los centros de investigación histórica más importantes del mundo. Posee unos 150.000 documentos y más de 650 fondos de archivos distintos en una extensión de hasta 85 kilómetros de estanterías.
Todo ello llega a cubrir más de 12 siglos de historia, con varios miles de documentos aún sin clasificar, por lo que se desconoce su contenido y valor para la historia y para la propia Iglesia.
No conserva nada de los primeros siglos del Cristianismo; de la época romana apenas parece hallarse documentación; toda la que se consiguió conservar no sobrevivió al siglo IV por culpa del emperador Diocleciano, fanático perseguidor de la Iglesia.
Los principales documentos contenidos, empezando por el más antiguo, del siglo VIII, y siguiendo por la continuidad que se observa desde 1198.
Si quieres consultar los tesoros guardados en el “archivo secreto del Vaticano”, entonces deberás atravesar la Porta Sant’Anna, pasar los filtros de la famosa guardia suiza del Vaticano, cruzar el Cortile del Valverde y presentar tus credenciales. Pero antes, mucho antes de ese proceso tendrás que haber solicitado por escrito autorización.
El acceso al archivo no es libre, solo está disponible para académicos que cumplen una serie de requisitos. Sin embargo, en los últimos años, el Vaticano se ha vuelto un poco más abierto en este aspecto.
Una vez habiendo penetrado al lugar, tendrás que solicitar los documentos que específicamente quieres consultar. Evidentemente el Vaticano no se esfuerza para que alguien pueda navegar por su atesorada información; y queda claro que aún en el siglo XXI esta institución no es precisamente devota de la apertura del conocimiento; ese mismo conocimiento que han mantenido en la sombra durante siglos y que está conformado, en buena medida; por información que la iglesia católica extrajo de otras culturas durante sus campañas de evangelización; o incluso de personajes que en su momento condenó y a quienes confiscó información valiosa.
Entre los documentos auténticos más importantes y conocidos;destaca el pergamino del papa Clemente V por el que se disolvió la Orden del Temple (agosto de 1308); los documentos de la división del catolicismo por más de 30 años (1378 y 1417) en tres sedes (Roma, Aviñón y Pisa).
La carta del papa Inocencio VII de 1484 en la que ordenó la caza de brujas; la solicitud al papa Sixto V de la nulidad matrimonial de Enrique VIII que dio origen al anglicanismo en 1529; la carta autógrafa de Miguel Ángel al obispo de Cesena (enero 1550); las actas del proceso contra el científico Galileo Galilei (desde 1610-1619); la bula papal de León X con la que excomulgó a Martín Lutero en 1621.
Los textos prohibidos por el Vaticano incluidos por el famoso «Índice» del siglo XVII; una carta del papa Clemente XIII dirigida al séptimo Dalai Lama solicitando protección para los misioneros franciscanos en el Tíbet (1760); la información sobre la muerte del papa Juan Pablo I por un infarto en septiembre de 1978; y las citas textuales de la entrevista entre el papa Juan Pablo II y Ali Agca, autor de su atentado en mayo de 1981.
Estos y otros documentos históricos se almacenan en la Biblioteca del Vaticano en Roma. Como en cualquier archivo, hay salas de lectura. También hay un bunker, una estructura subterránea a prueba de fuego diseñada para proteger los documentos más frágiles y valiosos.
Todo lo fechado después de 1939 todavía está cerrado al público; incluidos los documentos del Papa Pío XII; cuyo silencio durante el Holocausto se ha interpretado como una colaboración con Hitler.
Aunque la iglesia ha publicado ciertos documentos que considera favorables a Pío XII, se niega a liberarlos todos.
Lo que podrían ser los documentos más controvertidos en los Archivos Secretos; son los que se relacionan con los recientes escándalos de abuso sexual dentro de la Iglesia.
Como resultado, cada diócesis tiene archivos secretos también, y muchos han ayudado a corroborar la participación de la Iglesia en el abuso. Pero los documentos en los Archivos Secretos del Vaticano solo se abren una vez que tienen al menos 75 años de antigüedad; y el verdadero dueño del archivo no es la Iglesia, sino el Papa.
Según las teorías de la conspiración los archivos contendrían información sobre:
Documentos que aluden a órganos secretos de poder, por ejemplo los Illuminati, o alusiones a contactos extraterrestres y máquinas del tiempo.
Pruebas de la existencia o no existencia de Cristo en una colección de cartas de San Pablo al emperador Nerón. Datos de la supuesta descendencía de Cristo al puro o estilo “Código da Vinci”.
Dibujos del rostro de o Cristo realizados en el siglo I por gente que le vió en vida. El tercer secreto de Fátima, relativo a a un posible apocalipsis, nuclear o desastre natural.
De acuerdo con investigadores e incluso con el Museo Erótico de Copenhague, en estos archivos se guarda la mayor colección de pornografía del mundo.
Datos adicionales sobre reliquias bíblicas; si el Sudario de Turín es auténtico, la ubicación del Santo Grial, la llamada Cruz Verdadera o el Arca de la Alianza.
El cronovisor o datos sobre una máquina capaz de tomar imágenes del pasado; supuestamente desarrollada por el padre Pellegrino Maria Ernetti para filmar la crucifixión de Cristo.
El “Gran Grimoire” o “Evangelio a de d Satán”, también llamado “El dragón rojo”. Descubierto en Jerusalem en 1750 en la tumba de Salomón y atribuido al Papa Honorio III (1148-1227) que lo habría escrito bajo posesión demoniaca. Este libro supuestamente contendría instrucciones para invocar al mismísimo diablo.