El Arca de la Alianza ha obsesionado a historiadores, arqueólogos y religiosos durante siglos. Es probablemente el objeto sagrado más misterioso de la tradición judía y cristiana, con permiso del Santo Grial.
Según cuenta el Antiguo Testamento, su diseño fue dictado por Yahveh a Moisés para almacenar las Tablas de la Ley. Sin embargo, su rastro histórico se pierde hace 2.600 años, en Jerusalén.
Desde entonces, las teorías que han intentado explicar su posible paradero se han acumulado, hasta el punto que los nazis llegaron a perseguir sus supuestos poderes paranormales, que garantizaban la victoria en la batalla a quien lo portase.
Los israelitas habían partido de Egipto hacía ya tres meses, y ahora estaban acampados en el Sinaí. Allí tuvieron un aterrador encuentro con Yahvé, que se presentó en forma de nube negra y relampagueante, posada sobre un monte que se incendió a su contacto mientras una bocina atronaba el aire.
Dios llamó a Moisés a su presencia y, mientras el caudillo hebreo desaparecía en la nada para encontrarse con la divinidad, «todo el pueblo temblaba y se mantenía a distancia» ante los truenos, los relámpagos, el sonido de la bocina y el monte humeante. Cuando Moisés regresó, volvió con los preceptos de la ley que Dios le había comunicado y que debían obedecer los israelitas.
El libro del Éxodo contiente las instrucciones que Yahvé dio a Moisés para construir el arca. La caja estaba hecha de madera de acacia y medía aproximadamente 1,25 metros de largo por 75 cm de ancho y alto.
Por dentro y por fuera estaba forrada de oro puro, y contaba con cuatro anillas de oro en las esquinas para pasar unas varas de madera de acacia, igualmente cubiertas de oro, para cargar con ella; las varas jamás se debían sacar de las anillas
La Biblia nos relata que el Arca de la Alianza tenía poderes excepcionales e incomprensibles. Podía detener el curso de los ríos, aplastar montañas y destruir ejércitos enteros.
De acuerdo a la tradición hebrea, el Arca de la Alianza tenía la capacidad de quemar las espinas y otras obstrucciones en los caminos del desierto. Las chispas entre los dos querubines que la adornaban, podían matar serpientes y escorpiones.
Durante el cruce del Jordán, el río se secó tan pronto como los pies de los sacerdotes que portaban el Arca tocaron sus aguas y permaneció así hasta que salieron del río, después de que la gente hubiese pasado.
También fue utilizada en el campo de batalla y en las ceremonias que precedieron a la captura de Jericó, donde fue llevada alrededor de la ciudad precedida por los hombres armados y por siete sacerdotes con siete trompetas de cuernos de carnero.
La Biblia relata que, para lograrlo, los israelitas estuvieron dando vueltas durante seis días alrededor de la ciudad con el Arca de la Alianza a cuestas. Al séptimo día dieron siete vueltas, lanzaron un grito de guerra, dejaron oír sus trompetas y las murallas cayeron como castillos de naipes.(Jos 6,1-20).
Los antiguos egipcios fabricaban artefactos sagrados con maderas preciosas revestidas de láminas de oro. El Arca de la Alianza es, quizás, el mas famoso de esos artefactos. Era una caja de madera de acacia revestida de láminas de oro fino.
Las urnas sagradas destinadas a la protección de los objetos sagrados que ahí se almacenaban eran construidas como condensadores que luego se cargaban eléctricamente. Cuando el Arca estaba así cargada podía ser letal si se le tocaba.
El voltaje necesario para cargar el Arca lo provee la diferencia de potencial eléctrico atmosférico existente entre el cielo y la tierra. La gradiente eléctrica sobre la tierra es de unos 60 a 100 voltios por metro en buen tiempo; y aumenta de 6.000 a 12.000 voltios por metro en un régimen de tormenta.
El Arca se instalaba usualmente en lugares altos naturales o artificiales (pirámides) para aprovechar este efecto. Las arcas de diseño y estilo descritas en Éxodo fueron históricamente egipcias, no israelitas o hebreas. Un buen ejemplo de esto es el arca de Anubis descubierta en 1922 por Howard Carter en la entrada de la tumba de Tutankhamon.
En 1933, un profesor de ingeniería teorizó que la verdadera causa de la muerte fueron 10.000 voltios de electricidad estática. Según esta teoría, el Arca de la Alianza; el baúl sagrado y misterioso que quitó el sueño hasta al bueno de Indiana Jones, era un condensador gigante.
La edición del 5 de marzo de 1933 en la edición del Chicago Daily Tribune; ha traído este artículo deFrederick Rogers; en la época en que era decano del Departamento de Ingeniería en el Instituto Lewis of Technology. Realizó un estudio cuidadoso de la construcción del Arca de la Alianza, tal y como se describe en la Biblia; y concluyó que su diseño corresponde a un simple, pero enorme condensador eléctrico.
El interés científico del profesor Rogers fue que la gran caja de madera de acacia; no sólo estaba revestida de oro en la parte interna y externa. La madera es un aislante y el oro un excelente conductor; siempre que las planchas de oro no se tocan aquí tenemos los mismos principios usados en la construcción de una botella de Leiden; con sólo dos diferencias: la botella de Leyden utiliza vidrio y estaño, y el Arca de la Alianza es mucho más encantadora.
Una Botella de Leyden puede ser usada como un juego de ciencias con el que dar pequeñas descargas. Cuanto mayor sea, mayor es la capacidad de la botella. Una botella de 15 cm es suficiente para que la descarga sea notada por ocho personas cogidas de la mano.
Pero el Arca de la Alianza es mucho más grande que eso, con 1 metro de largo por 75 de ancho y 75 de altura (sin contar los querubines). Estos querubines según el Profesor Rogers hacen la parte del polo positivo y negativo del circuito sin que nunca se toquen. Sumado esto al aire seco y cargado de energía estática del desierto y Kaboom! Uzza cae al suelo.
El profesor calculó que en condiciones extremas y siguiendo las condiciones expresas de la Torah, el arca de la alianza podría descargar hasta 10.000 voltios de electricidad estática. Y no te olvides que a partir de 500 voltios la electricidad ya es capaz de matar a una persona.
Cuando los israelitas llegaron a la Tierra Prometida, el Arca se deposito en la ciudad de Guilgal, y se le construyó un pequeño santuario. Más tarde se traslado a Siquem, después a Betel y finalmente a Silo, su primera residencia de larga duración. Allí fue cuidada por la familia del sacerdote Elí.
Muchos años más tarde, durante una cruenta guerra contra los filisteos, el Arca se llevo al campamento israelita con el objeto de levantar la moral de los guerreros. Pero después de una trágica derrota de los hebreos, donde también murieron los dos hijos del juez y el sacerdote israelita Elí, los filisteos la tomaron como un valiosísimo trofeo, desatando un verdadero luto en todo el país de Israel.
Los filisteos creían que la toma del Arca significaba una victoria de sus dioses sobre el Dios de Israel, así que la llevaron a la ciudad de Asdod y la colocaron como un trofeo de guerra en el templo de su dios Dagón. A la mañana siguiente, sin embargo, hallaron la estatua de Dagón caída de bruces en tierra delante del Arca, así que la levantaron y la colocaron de nuevo en su lugar. Pero, a la mañana siguiente, hallaron de nuevo a Dagón en el piso, sólo que esta vez estaba sin cabeza y sin manos.
Al mismo tiempo una cruel enfermedad (la plaga bubónica quizás) azotó a los asdodeos, mientras que una terrible invasión de ratas afligió a todo el territorio circundante.
Estos castigos fueron de inmediato atribuidos a la presencia del Arca dentro de las paredes de la ciudad, así que los filisteos trasladaron el Arca a Gat y a Ecrón, lugares donde ocasionó los mismos azotes.
Finalmente, luego de siete meses de espantosos sucesos, por sugerencia de sus sacerdotes y adivinadores, los filisteos decidieron renunciar a su pavoroso trofeo y la pusieron sobre un carro tirado por dos vacas, sin conductor, y la enviaron por los campos para que fuera donde quisiera.
La carreta, así, llegó sola a la ciudad judía de Bet Shemesh. Allí, los israelitas salieron a su encuentro, pero imprudentemente abrieron el Arca y miraron dentro. Todos cayeron fulminados. Espantados, los habitantes de Bet Shemesh decidieron deshacerse del Arca, y la mandaron a la vecina ciudad de Kiryat Yearim, donde permaneció 20 años olvidada.
El rey David se acordó entonces de ella y decidió trasladarla a Sión. La puso en una carreta tirada por bueyes y organizó una procesión. Pero en cierto momento, por un brusco movimiento de los animales, la carreta se tambaleó, y un hombre llamado Uzzá, para evitar que el Arca cayera al suelo, intentó sujetarla. Y apenas la tocó cayó muerto.
Cuando por fin llegó el Arca a Jerusalén, se deposito en una pequeña tienda, a modo de santuario, construida por David. Y cuando años más tarde su hijo Salomón construyó el Templo de Jerusalén,se coloco en la parte más sagrada del mismo. Y es curiosamente allí, en el lugar más protegido y seguro de todos los que estuvo, donde, alrededor del año 900 A.C., se perdió su pista para siempre. Esto dio origen a una búsqueda que ha inspirado a creyentes y cazadores de fortunas durante milenios.
Hay muchas teorías para explicar el actual paradero del Arca. Algunos sostienen que los babilonios, comandados por el rey Nabucodonosor II, tras conquistar Jerusalén el año 586 A.C., se apoderaron del Arca, la destruyeron y fundieron su oro.
Otros sostienen que, durante esta invasión, fue oculta por sacerdotes del templo. Según el libro de los Macabeos, el profeta Jeremías tomó el Arca y la ocultó en el Monte Nebo (”El profeta, después de una revelación, mandó llevar consigo la Tienda y el Arca; y salió hacia el monte donde Moisés había subido para contemplar la heredad de Dios. Y cuando llegó Jeremías, encontró una estancia en forma de cueva; allí metió la Tienda, el Arca y el altar del incienso, y tapó la entrada.
El diario británico The Telegraph, en un reportaje sobre el Arca, respaldó esta teoría al entrevistar al Rabino Chaim Richman, quien afirmó que la santa reliquia estaba ubicada a un kilómetro del actual templo de Jerusalén, “oculta en cámaras subterráneas, cavadas en los días de Salomón”.
Algunas de las teorías más alocadas sobre su paradero, establecen que uno de los Rollos del Mar Muerto posee un mapa que da la ubicación del Arca de la Alianza.
También se adivulgado a través de medios, información que establece que esta reliquia se encuentra en la Capilla de las Tablas en la Iglesia de Santa María de Sión en Etiopía.
Al respecto, el diacono Zemikael Brhane, expuso: “El propio Dios eligió esta tierra y Aksum es nuestra ciudad más sagrada. Los hombres en Occidente necesitan siempre pruebas visibles, pero a nosotros los etíopes no nos hace falta ver el arca para saber que está aquí. Simplemente, lo sentimos”.
https://www.guioteca.com/fenomenos-paranormales/donde-se-encuentra-la-fabulosa-arca
https://historiaignoradadelahumanidad.wordpress.com/2012/11/05/