Los olmecas se desarrollaron entre los años 1200 a. c hasta alrededor del año 400 a. C. Muchos historiadores la consideran la madre de las culturas o civilizaciones mesoamericanas.
Fue un civilización antigua precolombina que habitó en las tierras bajas del centro-sur de México, durante el periodo Preclásico Medio mesoamericano; aproximadamente en el estado mexicano de Veracruz y Tabasco en el istmo de Tehuantepec.
La cultura Olmeca tuvo una muy amplia influencia ya que sus obras de arte de esta civilización también se encuentran en El Salvador. La aparición de los olmecas en el continente supuso para los pueblos nativos de aquellas regiones un salto prácticamente de la edad de piedra a la sociedad agrícola, ganadera e industrial capaz de trabajar el hierro, el oro, la plata, la obsidiana y la piedra de una manera tan formidable que sólo pudo ser igualada por los mayas muchos siglos después.
El nombre Olmeca, que significa “habitantes del país de hule”. En esencia se desconoce quiénes fueron realmente los Olmecas, ignorando todo en cuanto a su origen, lengua, y religión e incluso con que nombre se denominaban así mismos, ya que el término “Olmeca” fue acuñado en 1929 .Su culto es a las montañas, a las cuevas y a la Serpiente Emplumada.
Su influencia se extendió gradualmente hasta las tierras altas de México, esto es, el valle de México, conocido como el Anáhuac, y los actuales estados de Oaxaca y Guerrero, por lo que influyeron en otras culturas posteriores como la mixteca y zapoteca.
Los olmecas iniciaron su andadura, durante el denominado periodo olmeca I (1500-1200 a.C.), con pequeñas aldeas costeras que practicaban una agricultura incipiente y mantenían el importante aporte de la caza y la recolección.
El periodo olmeca II (1200-400 a.C.) comprende San Lorenzo, su centro más antiguo conocido, que fue destruido en torno al año 900 a.C. y sustituido por La Venta, una ciudad creada según un patrón axial que influyó en el desarrollo urbanístico de América Central durante siglos. Una pirámide de tierra apisonada de 30 m de altura, una de las más antiguas de Mesoamérica, estaba situada en el centro de un complejo de templos y patios abiertos.
El periodo olmeca III (400-100 a.C.) se caracteriza por su marcada decadencia, ubicado en los centros de Tres Zapotes y Cerro de las Mesas y que reflejan ya las influencias de las culturas de Teotihuacán y maya, que comenzaron su expansión en los primeros siglos de la era cristiana.
Los Olmecas llegaron a un grado muy alto de desarrollo en todas las artes, pero ninguna como la escultura. Casi todas ellas están realizadas en basalto y en andesita, piedras que no se encuentran en la región.
Sus obras escultóricas incluyen tanto las colosales cabezas masculinas de basalto de 2,7 m de altura y 25 t de peso; como pequeñas estatuillas de jade que pueden observarse, junto a otros productos olmecas, en la ciudad mexicana de Villahermosa.
Su sistema de escritura fue el precursor de los jeroglíficos mayas, y es probable que el famoso calendario maya se haya originado en la cultura olmeca.
Encontramos las famosas cabezas colosales de La Venta y Tres Zapotes; que pueden alcanzar 3 metros de altura por 3 de diámetro y hasta 65 toneladas de peso; son representaciones de hombres con nariz achatada y labios gruesos, cubiertos con una especie de casco circular.
Resulta ciertamente extraño encontrar representaciones de tipos raciales que supuestamente nunca han estado en contacto con los olmecas. Tal es el caso de las Cabezas Colosales con los rasgos negroides; el caso de “El Luchador” con rasgos claramente caucásicos, y las representaciones de personas con tipología asiática.
Como se explica que sin conocer estas razas, sin jamás haber visto sus características físicas hiciesen estas representaciones.
Además de estas enormes esculturas encontramos hachas y estatuillas de jade, jadeita o serpentina; de formas muy diversas donde predominan las representaciones de la divinidad hombre-jaguar.
La cerámica se caracteriza por los vasos escultóricos, cilíndricos, platos de fondo plano y ollas globulares de cuello recto; decorados con motivos incisos o raspados y por figurillas.
Unas son macizas y están modeladas a mano, a la manera del periodo formativo, y otras, de arcilla blanca; están huecas y representan los rasgos faciales del llamado niño jaguar.
Con seguridad los olmecas aprovecharon en su dieta diaria la riqueza biológica del pantano y de la selva; saturada de peces, aves, insectos y mamíferos y de gran variedad en frutos, flores, semillas y raíces comestibles; todo esto hasta ahora se encuentra en esta zona a pesar de la gran depredación ecológica que existe. En relación al cultivo principal, existen dudas de parte de los arqueólogos si fue el maíz