La civilizaciones antiguas aparecen en el periodo Neolítico se lo conoce también como edad de piedra pulida o nueva. Comienza cuando finaliza el período mesolítico y antes de empezar la edad de bronce.
Comprende desde el año 6.000 A.C hasta el año 3.000 A.C. El neolítico constituye, junto con el período del paleolítico y el mesolítico, la Edad de piedra.
El neolítico tiene como características principales el desarrollo de la agricultura y ganadería, alfarería, arte, danzas rituales;la domesticación de ciertos animales y la consolidación del sedentarismo .
Tras el cambio climático de hace 10.000 años atrás, el planeta ofrecía temperaturas más templadas; lo que introdujo importantes cambios en la alimentación y costumbres de los seres humanos.
Los descubrimientos que hoy pueden parecernos simples tuvieron en el periodo prehistórico una gran importancia. Entre ellos se encuentra la invención de la cerámica , de la rueda, de la artesanía del calzado y el vestido.
La siembra de granos y vegetales proporcionó una oferta regular de comida; y la domesticación de animales (como cabras, ganado, puercos y ovejas) añadió una fuente continua de carne, leche y fibras para vestir (como la lana).
Los excedentes permitían tener alimentos en las épocas de escasez y además permitían el trueque. Comienza el culto a los muertos y una idea de trascendencia.
El sentimiento de pertenencia al grupo y de trabajo en común tiene como consecuencia la creación de poblados ; la distribución de tareas y la elección de personas notables en la tribu.
Se construyeron herramientas de piedra tales como azadas, hoces y molinos de mano con una roca plana y otra más redondeada para moler los granos. Estas herramientas se hacían de piedra pulimentada.
Se fabricaban vasijas, platos y cuencos, para guardar el grano y para cocinar, comer y beber en ellos. Las agujas hechas con huesos para coser los vestidos. EL huso para tejer y las puntas de las flechas hechas con sílex.
Las hachas están hechas con piedras duras a las que también se les añadía un mango de madera o de hueso. La utilizaban como una herramienta para trabajar su cultivo o herramientas de corte.
La edad de los metales es la última etapa de la Prehistoria y se divide en tres períodos, marcados por la utilización de tres metales distintos: La Edad del Cobre (o Calcolítico): Desde el 5000 a.C. hasta el 1800 a.C. La Edad del Bronce: Desde el 1800 a. C. hasta el 800 a.C. La Edad del Hierro: Desde el 800 a. C. hasta el siglo I a. C.
Al igual que el oro y la plata, el cobre se encuentra en la naturaleza en estado puro, por lo que va a ser la metalurgia del cobre la que primero se inicie. El descubrimiento de la metalurgia del cobre se produce, al parecer, en varios lugares del Próximo Oriente (Turquía, Siria y Mesopotamia).
La primera técnica metalúrgica era muy sencilla, bastaba con golpear con un martillo de piedra el cobre en estado puro. Posteriormente, el martilleado se empezó a hacer en caliente, con el fin de evitar las fracturas y la pérdida del metal.
En una tercera fase, había que extraer el metal de diferentes minerales mediante un proceso de fundición en un horno a una temperatura mínima de 700 ºC.
El cobre es un metal maleable, débil, blando y de escasa utilidad para la fabricación de herramientas y utensilios prácticos. Con él se fabricaban sobre todo objetos de adorno (cuentas de collar, brazaletes, anillos, diademas y alfileres); que servían como elementos de lujo o de prestigio social para quienes los llevasen.
No obstante, se han encontrado también flechas, puñales y hachas.
El bronce es una mezcla o aleación de nueve partes de cobre y una de estaño; esta combinación produce un nuevo metal, mucho más duro que los dos componentes, y más fácil de fundir y de trabajar que el cobre.
Es muy posible que se añadiera algún otro metal, como el antimonio; pues consiguieron un bronce elástico y flexible, que se podía trabajar en caliente.
Los primeros utensilios de bronce imitan las formas de piedra, y así las primeras hachas de metal, tenían la misma forma triangular y carecían de mango; como las de piedra. Fundamentalmente de bronce se fabricaron armas y utensilios suntuarios.
Entre las armas, aparece la espada, que va a ser un elemento que caracterizará el carácter guerrero de esta etapa. Además quien lleva una espada se distingue socialmente.
Entre los utensilios suntuarios destacan los alfileres, los anillos, las diademas, los broches de cinturón, las fíbulas, los collares, las torques y los espejos; así como estatuillas de carácter mágico-religioso.
Hacia la Edad del Bronce medio, empezaron a aparecer en Anatolia, Mesopotamia, el Subcontinente Indio, el Levante y las costas del mar Mediterráneo y Egipto; cantidades cada vez mayores de objetos de hierro de fundición, distinguible del hierro meteórico por la ausencia de níquel.
En algunos lugares, su uso parece haber sido ceremonial, y el hierro era un metal caro, mucho más que el oro.
Algunas fuentes sugieren que el hierro se fabricaba en algunas partes como subproducto del proceso de obtención de cobre; y que no era obtenible por separado mediante la metalurgia de la época.
Sin embargo, en Anatolia el hierro se producía de forma sistemática a partir de una fuente de hierro meteórico; no muy lejos de vetas explotadas de otros metales durante la Edad de Bronce.
La nueva tecnología del hierro exigía, pues, el trabajo al rojo vivo, y constituía todo un secreto. Los primeros en conocer este secreto fueron los hititas, habitantes de la zona central de la Península de Anatolia (actual Turquía); que lo guardaron celosamente durante muchos años.
El imperio hitita caería hacia el 1200 a. C. y a partir de esta fecha la nueva tecnología del hierro empezó a difundirse por otros lugares.
El hierro contaba con dos ventajas respecto al bronce. La primera es la abundancia de este metal; casi todas las áreas geográficas disponen de minerales de hierro: las piritas.
En segundo lugar, las armas de hierro son más duras, y aunque debido a su flexibilidad se pueden deformar, es posible arreglarlas.
Los instrumentos fabricados con hierro fueron muy diversos: hachas, cuchillos, podadoras, pinzas, azadas, guadañas, hoces, rejas para los arados, cinceles, martillos, compases, tijeras, limas, navajas de afeitar, arneses de carro.
Como podemos ver, se trata de instrumentos destinados a la actividad agraria o a la vida cotidiana. En el armamento, destacan las espadas, las puntas de lanza, los puñales, los escudos, los cascos y los bocados para el caballo.
La mayoría de los poblados están formados por viviendas rectangulares, cuadradas o circulares, de adobe, piedra y madera, rodeados con sólidas fortificaciones. A medida que avanza en el tiempo la Edad de los Metales, se observa una preocupación creciente por la defensa de los poblados.
El crecimiento de la población y el desarrollo de nuevas actividades económicas vinculadas a la metalurgia, como son la artesanía y el comercio, provocan la aparición de las primeras ciudades de la época prehistórica. Algunas de estas ciudades alcanzarán varios miles de habitantes.
De los primeros momentos del Bronce son las ciudades de la isla mediterránea de Creta, las cuales surgen al lado de los famosos palacios de Festos, Mallia, Hagia Triada y Cnossos. Las viviendas de las ciudades contaban ya con varios pisos y sus cubiertas eran terrazas.
En la mitad de la Edad del Bronce, al amparo de la actividad comercial aparecen, las ciudades griegas de Micenas y Tirinto, donde también han aparecido palacios y enormes murallas con grandes bloques de piedra. En estos momentos estas ciudades griegas tenían una gran actividad comercial y administrativa.
Correspondiente a la segunda Edad del Hierro o Cultura de la Tène es la ciudad fortaleza de La Pegue, en el Sur de Francia, donde aparece un perfecto esquema de “ciudad en damero”: la ordenación de las viviendas de piedra imitan un tablero de ajedrez, con calles paralelas y perpendiculares. La ciudad aparece rodeada por una imponente fortificación.
La base de la economía de esta etapa sigue siendo la agricultura y la ganadería, con el importante complemento de la caza. En la actividad agraria se observan nuevas mejoras tecnológicas: el riego de los campos mediante pozos y acequias, la aparición de nuevas especies como el olivo y la vid, el abonado de los campos con estiércol y la introducción del arado, de tracción humana y tirado por bueyes.
Con la aparición de los metales, surgen nuevas actividades económicas: la minería y la metalurgia. Surge toda una artesanía de los metales en la que destacarán los fundidores y los orfebres.
La cerámica seguirá desarrollándose en esta etapa de la Prehistoria, alcanzándose un gran dominio en su ejecución y una gran variedad de vasijas, al tiempo que mejoraba notablemente su técnica, al aparecer la cerámica a torno, una vez que se incorpora el invento de la rueda.
La cerámica a torno tendrá una gran importancia económica (artesanía y comercio) en esta etapa. proporciona una mayor rapidez y precisión, así como una mejora en la calidadde las piezas.
El comercio es otra actividad económica que en la Edad de los Metales adquiere especial importancia. Surgirán los buscadores de metales que crearán determinadas rutas comerciales por donde circularán otros productos muy diversos: cerámica, cereales, joyas, vino, aceite, adornos, estaño, ámbar y algo fundamental para la nutrición para la conservación de los alimentos y como medio de cambio, la sal.
Dos inventos muy importantes a aparecer en estos momentos de la Edad de los Metales: la rueda y la vela. La rueda fue un invento realizado en Mesopotamia entre el 3500 y el 3250 a.C. Hacia el año 3500 a.C., los egipcios incorporan la vela a sus embarcaciones. La vela aprovechaba la fuerza del viento para la navegación y el transporte marítimo y fluvial. En Europa, los grandes ríos fueron las principales rutas de navegación.
En estos momentos históricos, los seres humanos nos dejaron muestras de una arquitectura monumental, aunque las primeras obras empezaron a fabricarlas ya a finales del Neolítico. Construyeron monumentos con grandes bloques de piedra, llamados megalitos: los dólmenes, los menhires y los cromlechs.
En las sociedades de la Edad de los Metales podemos distinguir básicamente dos grupos sociales: uno, el de los reyes, príncipes, caudillos y guerreros que tienen el poder político, militar, económico y social; el otro, integrado por la mayoría de la población y compuesto por agricultores, pastores, artesanos y comerciantes. En algunas situaciones, habrá que añadir otro grupo social, caracterizado por el poder mágico o religioso: los chamanes o sacerdotes. Por debajo de todos estos grupos sociales se encontraban los esclavos.
En esta etapa de los metales es muy frecuente la existencia de necrópolis o cementerios, situados en las proximidades de los poblados. Durante la Edad de los Metales se van a practicar dos rituales funerarios: la inhumación y la incineración. Rara es la tumba en la que no aparece algún tipo de ajuar funerario, pues pretendían que en el más allá el difunto pudiera satisfacer las necesidades que había tenido en vida.