La historia de China, como cronología de una de las civilizaciones más antiguas del mundo con continuidad hasta la actualidad, tiene sus orígenes en la cuenca del río Amarillo, donde surgieron las primeras dinastías Xia, Shang y Zhou.
La dinastía Xia, que según las crónicas chinas habría durado del siglo XXI a. C. al siglo XVI a. C., está considerada la primera dinastía en la historia china. Las memorias históricas de Sima Qian recogen los nombres de los 17 reyes de esta dinastía.
Fue seguida por la dinastía Shang y, según el relato de Sima Qian, precedida por el periodo legendario de los tres dioses y cinco emperadores.
La Dinastía Shang (1766-1046 a. C.), también conocida como Dinastía Yin, es la segunda dinastía en la historia de China y la primera cuya existencia histórica está documentada. Su extensión territorial abarcaba el valle del río Amarillo.
La dinastía Zhou fue una dinastía china que gobernó entre alrededor de 1050 a. C. y 256 a. C. Es la tercera dinastía china en la historia tradicional, y la segunda, tras la dinastía Shang, de la que existe constancia por fuentes escritas de su época.
Florecieron artes y técnicas ornamentales, que manifestaron, como en muchas culturas mesoamericanas y europeas, el deseo de los hombres de comunicarse con los inmortales.
La dinastía Zhou fue la última de las dinastías de reyes anteriores a las dinastías imperiales. En esta época vivieron los grandes pensadores chinos de la antigüedad, como Confucio, y se inició la literatura china clásica.
La existencia de documentos escritos hace cerca de 3500 años han permitido el desarrollo en China de una tradición historiográfica muy precisa.
La narración tradicional de la historia se basa en el llamado ciclo dinástico, mediante el cual los acontecimientos históricos se explican como el resultado de sucesivas dinastías de reyes y emperadores que pasan por etapas alternas de auge y declive.
En el II milenio a. C., el pueblo de Hua-Hsia, cuyo nombre proviene de la montaña Hua (actualmente denominada Montaña Sung) y el río Hsia (actualmente denominado Río Han); fue el pueblo inventor de varios elementos de la civilización, como la ropa, la preparación de los alimentos, el matrimonio, y un sistema de gobierno; elevando el nivel cultural de China hasta la fundación de la nación Chung-Hua; asimilando varias tribus esparcidas al este de la Cordillera del Pamir por los valles de los ríos Hwang-ho, Huai, Yangtze, Amur, y Perla; conformando todos éstos pueblos el núcleo principal de la población china.
En la organización social de la antigua China, El emperador, ayudado por los mandarines, organizaba y gobernaba todo el imperio, cobrando impuestos y construyendo obras públicas. Los miembros de la realeza en sus ratos libres se destacaron como grandes artistas que desarrollaron diversas artes en la civilización China.
Los Militares, los grandes comerciantes y el clero estaban bajo el poder del emperador y la nobleza china (familiares del soberano chino) y se destacaban como una clase social valorada, pero sin muchos poderes políticos.
En la base de la pirámide social de la Antigua china se encontraban los campesinos y artesanos y pequeños comerciantes.
La arquitectura antigua es una miniatura de la larga historia y la cultura de China. Evidentemente, está caracterizada por la región, la nacionalidad y el tiempo.
La arquitectura antigua , que tiene características distintivas en sus edificios, en la construcción de complejos de arte arquitectónicos y, es un ejemplo sobresaliente de la arquitectura oriental antigua. La arquitectura antigua china se caracteriza por estructuras flexibles , de aspecto maravilloso y elegante, la disposición regular y magníficos adornos.
Los antiguos chinos construyeron mausoleos, muchos templos, pagodas, las murallas de las ciudades, magníficos palacios imperiales y residencias, que son considerados patrimonios valiosos.