La ciudad Maya de Palenque es una antigua ciudad localizada al pie de la cordillera norte en el estado de Chiapas, México. Localizada como una joya en una meseta natural a 200 metros de altura sobre la llanura; Palenque tiene una vista espectacular de la sabana tropical.
Los templos de Palenque, Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO; son considerados por muchos como los más bellos ejemplares arquitectónicos del antiguo mundo maya.
Muchas de estas estructuras guardan arte original en piedra esculpida, paneles de estuco, y murales pintados. Palenque tiene una de las inscripciones jeroglíficas más largas de los antiguos mayas.
En 1784, el teniente José Antonio Calderón realizó una exploración superficial del asentamiento; que encontró casi cubierto por la vegetación y en un estado lamentable; a pesar de estar a pocos kilómetros de la población del mismo nombre.
De hecho, la zona arqueológica tomó su nombre actual por influencia de la ahora ciudad de Palenque.
La antigua ciudad de Palenque fue fundada cerca del año 100 a.C. y vivió su mayor auge entre los años 600 y 800 d.C.; fechas de las que datan los edificios que aún se ven. Sin embargo, por razones no del todo claras, la ciudad fue completamente abandonada hasta que se le descubrió.
En los alrededores existen atractivos naturales que realzan aún más la belleza del lugar. Aquí abundan ríos, cascadas, lagos y vegetación selvática, que dan lugar para practicar muchas actividades y deportes.
Entre esos lugares se encuentran las hermosas cascadas de Agua Azul y las de Misol Ha, cuya caída alcanza más de 30 metros, y donde se forma una gran piscina natural ideal para nadar.
Templo de las Inscripciones
Es quizá la zona más famosa de la ciudad debido a su opulencia y a los ricos vestigios que se han encontrado en su interior. Todo el Templo tiene cinco entradas, está interconectado con otros edificios de menor tamaño y contiene la tumba del rey Pakal, un gobernante maya muy importante en su época. Lo que sorprendió al arqueólogo.
Alberto Ruz Lhuillier no fue la tumba en sí, sino la pomposidad de la estructura: la vio alojada en una cámara de 7 metros de largo y 3.7 metros de ancho, adornada con numerosos jeroglíficos rojos y relieves que narran la travesía de Pakal desde su muerte hasta su llegada al inframundo. Su lujo no tiene nada que envidiar a las míticas tumbas egipcias.
Templo del Conde
Es un basamento de cinco cuerpos, que conserva su estructura arquitectónica original, es decir, no ha sido tocado por la mano del hombre de forma significativa.
Cuenta la leyenda que el explorador francés Jean Frédéric Waldeck se alojó ahí mismo en el siglo XIX, y como él mismo se autodenominaba conde, el edificio adquirió ese nombre.
El Palacio
Es el complejo de mayor tamaño, ubicado en el centro de la zona arqueológica frente al Templo de las Inscripciones y es también una gran atracción junto con dicho templo.
Es uno de los complejos más bellos de la arquitectura maya. Más que un edificio, es un conjunto de edificaciones interconectadas que fueron construidas y remodeladas en el transcurso de unos 400 años.
Se encuentra en el centro de la zona arqueológica y su nombre se debe a la torre de cuatro cuerpos que lo caracteriza. Cuenta con salas subterráneas, patios hermosamente decorados con figuras humanas y escenas religiosas o cronológicas.
Grupo de las Cruces
Es un conjunto de edificios que incluye el Templo de la Cruz, el Templo del Sol y el Templo de la Cruz Foliada, todos mandados a construir por los hijos del rey Pakal.
Conmemoran la subida al poder de Chan Bahlum II y fue un lugar de adoración de los dioses mayas. Cada uno tiene su encanto: el Templo del Sol tiene una crestería muy bien conservada y contiene, tallado en piedra caliza, el Tablero del Sol.
En el Templo de la Cruz se encuentra un tablero con la imagen del monstruo de la tierra, desde el cual brota una planta de maíz.
Ubicado en la parte norte, el Templo de la Cruz contiene tres tumbas, dos lápidas con inscripciones, un monolito conocido como La Muerta y 18 cilindros de barro que representan deidades.
Templo de la Reina Roja
Justo al lado del Templo de las Inscripciones se localiza este edificio cuyo nombre se debe a que en su interior se encontraron los restos de una mujer noble, cubiertos con un mineral rojo.
Juego de Pelota
Es la estructura típica que usaban los mayas para el Juego de Pelota. Consiste en dos plataformas y los restos de los soportes de los aros por donde pasaba la pelota. Ahí también se efectuaban ceremonias relacionadas con los movimientos del sol.
Palenque, es uno de los asentamientos de la cultura maya más importantes del periodo Clásico (250-900 d. C.). Fue la capital de una poderosa dinastía que dominó una extensa región, la cual abarcaba el norte de Chiapas y el sur de Tabasco.
Esta ciudad destaca por su desarrollo urbanístico, por la alta calidad de sus obras arquitectónicas y escultóricas, así como por sus numerosas y bien conservadas inscripciones glíficas.
El esplendor de Palenque es innegable y sus 1,500 edificios son prueba de esto. Sin embargo sólo se han explorado el 15% de ellos, por lo que aún quedan muchos misterios por descubrir. Sin embargo.
Hasta la fecha el secreto que más ha intrigado a los expertos se encontró hace 25 años en las profundidades del templo XIII.
Todo empezó en 1994 con una expedición liderada por el arqueólogo Arnoldo González Cruz en la que se realizaron excavaciones en el octavo templo de Palenque para buscar cimientos y estructuras ocultas en las inscripciones. Para su sorpresa, encontraron mucho más que eso; hallaron tres cámaras ocultas y los restos de un antiguo ritual maya.
Al encontrarse dentro de la estructura, los arqueólogos descubrieron que una habitación se encontraba tapada por un muro. En este espacio de apenas 4.2 por 2.5 metros encontraron varios objetos de cerámica y dos restos humanos que acompañaban a un sarcófago monolítico de piedra caliza al centro de la habitación.
El ataúd encontrado tenía psicoducto que, según las antiguas creencias, permitía al alma salir. Los exploradores utilizaron este orificio para introducir una cámara que capturó las primeras imágenes de la misteriosa Reina Roja.
La Reina Roja adquirió su alias debido a que al destapar el sarcófago, sus paredes y huesos estaban teñidos de una capa color carmín de cinabrio
la teoría más aceptada sobre la identidad de la Reina Roja es que se trata de Ix Tz’akbu Ajaw. Quien llegó de una ciudad cercana a Palenque para casarse con Pakal con el propósito de unir ambos reinos.
Durante miles de años la humanidad ha mirado al cielo esperando recibir alguna señal que demuestre que hay vida más allá de la Tierra.
Sin embargo, quizá no deberíamos enfocarnos en las estrellas, sino mirar hacia atrás, a nuestro pasado.
Históricamente han sido muchas las hipótesis que han surgido defendiendo que nuestro planeta ya ha sido visitado. Una de las teorías más famosas a este respecto es la de ‘El astronauta de Palenque’, un descubrimiento arqueológico rodeado de curiosidades y extrañezas.
En 1949 el arqueólogo francés Alberto Ruz de Lhuiller descubrió en el Templo de las Inscripciones el sarcófago de K’inich Janaab’ Pakal, gobernante de Palenque.
La primera diferencia frente a otros descubrimientos previos es que la tumba se construyó antes que el templo, pues el tamaño de la losa que la cubre hace imposible su colocación posterior, algo fuera de lo común.
Por otro lado, las inscripciones mayas que cubren la losa, se han convertido en el principal foco de debate y en las verdaderas protagonistas del mito de ‘El astronauta de Palenque’.
Pero si el misterio en torno a los bajorrelieves que cubren la tumba de Palenque no parece suficiente para sustentar la teoría del astronauta, al observar su interior las dudas aumentan.
La suntuosidad del sarcófago hace pensar que contiene el cadáver de un rey o un sacerdote. Pero su cráneo no muestra huellas de deformación y su dentadura carece de piedras preciosas, detalles habituales entre la nobleza maya.
Lo interesante de este descubrimiento es el magnífico trabajo realizado en el relieve de la tapa labrada. En efecto, en ella se reproduce la figura de un hombre con atuendo maya, en una posición semiacostada en una especie de silla con cinturón de seguridad y con los pies apoyados en unos pedales y controles al frente y una gran cantidad de tornillos, resortes, caños, tableros y palancas de mando.
En 1969 la NASA encontró 16 puntos coincidentes entre el dibujo de la lápida y el módulo de mando de una cápsula espacial contemporánea.
La única explicación para los servicios fúnebres de tal magnitud en este individuo es que él haya sido considerado como un dios o semidiós. En la autenticidad del conjunto concuerdan todos los arqueólogos americanos. Recordando además que los análisis realizados con carbono 14 sobre los restos óseos encontrados dieron una antigüedad de 2,000 años.
https://import4loqueves.wordpress.com/2014/04/10/rey-pakal-el-astronauta/