Baalbek

baalbek

Los orígenes de Baalbek son un misterio. Se ha supuesto que inicialmente fue una ciudad fenicia, centro del culto al dios babilónico Baal-Hadad; y su nombre significaría “Ciudad de Baal”; posteriormente, los griegos asimilarían esta deidad a Helios, de ahí que pasara a llamarse Heliópolis.

Sin embargo, no existe ninguna evidencia arqueológica de ese supuesto asentamiento fenicio inicial, hay ausencia de referencias en las fuentes históricas de un asentamiento semejante.

El nombre Baalbek no denota una inconmensurable antigüedad. Ni se usó durante la época romana, ni existe evidencia de que se haya utilizado alguna vez con anterioridad a ésta.

panoramica baalbek
panoramica baalbek

Aproximadamente a 86 kilómetros al noreste de la ciudad de Beirut, al este del Líbano; se encuentra el complejo de templos de Baalbek, en el valle de Beqa`a, próximo a la frontera con Siria.

En el lugar llama la atención una gigantesca y ciclópea plataforma de enormes piedras trabajadas. Se llama construcción ciclópea a la realizada con grandes piedras sin argamasa.

Todo este inmenso complejo arqueológico con el paso de los siglos y las guerras permaneció en el olvido; hasta que en 1751 Robert Wood y el dibujante James Dawkins restablecieron de nuevo en todo el mundo la admiración y la curiosidad por este mágico enclave.

El templo de Baco
El templo de Baco en Baalbek

Wood describe las ruinas como entre las obras más audaces de la arquitectura de la antigüedad. Quedaban en pie nueve columnas del templo de Júpiter; pero tres se derrumbaron, posiblemente como consecuencia del terremoto del 1759. Otros viajeros fueron Volney (1871), Cassas (1875), Laborde (1837) y David Roberts (1839).

templo de jupiter en Baalbek
templo de jupiter en Baalbek

Una primera expedición científica fue realizada en el 1873 por el Fondo de Exploraciones de Palestina, una misión arqueológica alemana (1898-1905), dirigida por Otto Puchstein; durante la cual fueron efectuadas las primeras excavaciones y restauraciones. Después de la Primera Guerra Mundial, se establecieron otras misiones durante el Mandato francés.

En 1984 el yacimiento de Baalbek es inscrito en las listas de los Patrimonio de la Humanidad de la Unesco.

Lo que más despierta la admiración y el asombro de todos los estudiosos, ha sido la terraza sobre la que se emplaza el Templo de Júpiter. Su origen es anterior a la ocupación romana; aunque no existe un consenso entre los investigadores para establecer quiénes fueron los constructores de tan impresionante estructura.

terraza sobre la que se emplaza el Templo de Júpiter
terraza sobre la que se emplaza el Templo de Júpiter

Esta verdadera proeza de la ingeniería antigua consiste en piedras de 1500 toneladas de peso cada una. Estos asombrosos megalitos están dispuestos con tal precisión que sería difícil introducir el filo de un cuchillo.

La gran terraza sobre la que se levantó el templo romano, del que sólo quedan unas pocas columnas en pie; es una construcción que los modernos arqueólogos e ingenieros no logran entender. Quién la construyó y para qué son las preguntas que atenazan a los investigadores; que observan con inquietud esta ciclópea obra erigida gracias a las piedras talladas más grandes que se conocen.

Se trata de enormes bloques pétreos, cortados y colocados con enorme precisión a seis metros de altura para lograr una base firme e inamovible de más de 400.000 m2. Entre ellos están los llamados Triliton, tres colosales bloques que miden 22 metros de longitud, 4’5 de altura y 3 de ancho. El peso de los mismos oscila entre las mil y dos mil toneladas. Si transportarlos hoy en día sería una ardua y laboriosa tarea, saber cómo se hizo tal cosa en la antigüedad, es todo un misterio.

trilithon baalbek
trilithon baalbek

NI el folklore ni la ciencia son capaces de explicar adecuadamente el misterio de la plataforma de Baalbek; aunque pudiéramos pensar que bloques de esas dimensiones fuesen tallados y puestos allí por gigantes o por miembros de una civilización que conociera los secretos de la levitación y la antigravedad”, sugiere el investigador Maurice Chatelain.

La Biblia y otros pueblos alrededor del mundo sugieren, incluso, la existencia de una civilización de gigantes en la tierra en tiempos muy remotos. Al igual que el grupo de construcciones en Tiahuanaco, en un momento repentino, algo debió ocurrir: Fue algo inesperado que interrumpió para siempre los trabajos de la plataforma de Baalbek; y que seguramente se hacían con algún propósito.

interior templo de Baco
interior templo de Baco

Los monolitos tampoco nos demuestran ornamentos o estructuras que tengan parecido con la época románica. Los bloques de piedra calada de Trilitón poseen, al contrario que los templos romanos; fuertes huellas de erosión por la arena, que nos llevan a la conclusión de que son más antiguos.
En 1959, el científico bielorruso Matest M. Agrest, doctor en física y matemáticas por la Universidad de Moscú; fue el primer investigador en exponer públicamente que la Tierra fue visitada por seres extraterrestres en la antigüedad. Y no sólo eso, sino que aseguró que numerosos enclaves arqueológicos muestran claras evidencias de este enigmático pasado. En sus hipótesis, Agrest le da una gran importancia a la historia bíblica de Enoc, y a la oscura referencia del Génesis que habla de los Nefilim.

La hipótesis de Agrest respecto a Baalbek en particular, y a los “antiguos astronautas” en general, hizo escuela. Zacharia Sitchin y Däniken siguen también esta misma línea..
Otro misterio más es que la construcción de estos megalitos es completamente invertida. Es decir, las piedras más pequeñas sirven como base de las piedras más grandes. Lo incomprensible de esto es que las piedras pequeñas deberían quebrarse al tener tanto peso.

altar templo de Baco
altar templo de Baco

Como en otros lugares, en Baalbek nadie ha dado una solución convincente, aunque oficialmente; los sectores más conservadores atribuyen a griegos y romanos la construcción de esta terraza, pero no existe ni una sola prueba documental de este increíble evento; que hubiese constituido todo un honor para su constructor. Por otro lado, las tradiciones locales asocian la construcción de Baalbek a gigantes y demonios en tiempos del mítico diluvio. Naturalmente, respecto a todo esto, la “ciencia oficial” guarda un silencio embarazoso.

LA PIEDRA DEL SUR

Cerca del yacimiento principal se encuentra lo que parece una prueba definitiva de la existencia de una civilización avanzada en la prehistoria. Se trata del bloque de piedra tallado más grande del mundo. Es la llamada “Piedra del Sur” o “Hajar el Gouble”.

Este monstruoso megalito de más de mil doscientas toneladas de peso no llegó a salir de la cantera en la que fue tallado. Es el mayor megalito conocido en el mundo. Prácticamente ninguna máquina conocida actualmente podría transportarlo. Las dimensiones de la piedra son sobre 21,36 metros de largo y algo más de 4,33 metros de ancho y 4,6 metros de altura). Esta mole, conocida como Piedra del Sur, supera en peso con creces a los bloques del interior de las ruinas.

El megalito fue sacado de una roca de granito rosa sobre la que se encuentra. Otras piedras similares se utilizaron en la construcción de la “Gran Terraza” de Baalbek, sacadas de una cantera a poco menos de un kilómetro del lugar.

piedra del sur
piedra del sur

La cantera de donde se extrajeron los famosos bloques se encuentra entre 10 y 15 metros por encima de la plataforma. La cantera está a 1.160 metros de altura y el templo a unos 1.145.

Para llevar los bloques ciclópeos tuvieron que sortear una zanja y la distancia a recorrer es de unos 1.100 metros.Esa piedra así como otros aspectos de la  terraza de Baalbek ofrecen a los arqueólogos y otros científicos un gran misterio. No se puede  entender cómo piedras de ese tamaño fueron partidas; transportadas y encuadradas exactamente  en su parte baja, ni con qué tecnología se logró, no solo cortarla y pulirlas sino transportarlas hasta allí. Y levantarlas hasta el emplazamiento actual, un hecho aún imposible para la tecnología actual, según los expertos.

La mayor piedra de construcción del mundo, Hajar el Gouble (Piedra del sur) o Hajar el Hibla (Piedra de la mujer embarazada), sigue asombrando al mundo. Por lo visto, se abandono  allí de forma súbita por los constructores, y aún está en espera transportarse al lado de sus hermanas.

Al recorrer un lugar como éste no se puede dejar de pensar que culturas anteriores a la nuestra; en la noche de los tiempos desarrollaron una tecnología que deja en pañales a la actual. Baalbek sigue siendo una referencia ineludible a la hora de especular sobre civilizaciones avanzadas hace miles de años; y a las cuales la “historia oficial” se niega a reconocer su existencia.

A diferencia de las propuestas de Däniken y Sitchin, otros autores alternativos han preferido no cargar las tintas sobre esta supuesta presencia extraterrestre; y han optado por buscar algunas respuestas más directas, aportando interesantes elementos de reflexión.

Así, Andrew Collins se refiere directamente al tipo de construcción ciclópeo y da por hecho que ni siquiera nuestra tecnología actual sería capaz de manejar bloques tan monstruosos ni colocarlos con tanta precisión. Acto seguido, pone en duda la paternidad romana de la plataforma del templo, alegando los siguientes argumentos:

No nos consta el nombre de los arquitectos o ingenieros que realizaron la plataforma, ni hay noticias históricas sobre esta construcción.Vistas las disposiciones del templo y del patio, no parece que existiera un único plan constructivo; sino dos estructuras distintas, siendo la romana la que se superpuso sobre una más antigua.

piedra del sur

Es muy complicado imaginar cómo los técnicos romanos (con los medios disponibles en su época) tallaron esos gigantescos bloques. Luego desplazarlos desde la cantera y finalmente colocarlos en su emplazamiento. Las soluciones aportadas por los arqueólogos, basadas en el uso de trineos, rodillos, poleas y cabrestantes; no funcionan ni con gran cantidad de mano de obra, dado el enorme volumen y peso de los bloques en cuestión.

Existen leyendas árabes locales que sitúan la edificación de la plataforma en un tiempo mítico, no en la época romana; esto induce a pensar que los constructores de la plataforma disponían de una tecnología que hacía bastante fácil esa empresa; descartando completamente los métodos primitivos de la Antigüedad.

Frente a los argumentos alternativos acerca de los bloques, la arqueología académica nunca ha visto ninguna anomalía. Todo el santuario es objeto de  estudios y excavaciones desde hace más de un siglo. Por lo que la cantidad de información acumulada es considerable.

Así, una misión arqueológica alemana excavó a inicios del siglo XX la famosa plataforma del templo de Júpiter. Se pudo comprobar que los megalitos sólo se limitaban a la parte exterior, a modo de muro de contención. Un tipo de estructura bien conocida en el Mundo Antiguo.

En cuanto al interior del basamento, se trata de una típica obra de factura romana. Con las clásicas paredes de ladrillo en forma de panal y cámaras rellenas de escombros.

En cuanto al problema del transporte de los megalitos, las explicaciones convencionales señalan el hecho de que la cantera estaba muy cerca; y situada un poco por encima del nivel del santuario, lo que haría que el desplazamiento de los bloques fuese cuesta abajo.

Para el arqueólogo francés Jean Pierre Adam , el tema del Trilitón no tiene ningún misterio especial. Para mover cada uno de estos bloques los romanos podrían haber utilizado un conjunto de seis grandes malacates (cabrestantes); accionados por 144 operarios. El objetivo, convertir el movimiento rotatorio en tracción; a lo que habría que sumar la ayuda de poleas y rodillos.

Asimismo, Adam recuerda que el propio autor clásico Vitruvio ya citaba algunos sistemas de transporte de grandes monolitos. Como la máquina de Ctesifonte o la máquina de Metágenes .

Otra posibilidad, al alcance de la ingeniería romana de la época, podría haber sido la construcción de un canal entre la cantera y el recinto. Una vez lleno de agua y con la ayuda de unos pontones, hubiera permitido el transporte de una gran masa de peso.

Una vez expuestos los argumentos de una y otra parte, cabe hacer algunas consideraciones para tratar de arrojar algo de luz sobre la controversia. Lo primero que debemos dilucidar es si los romanos fueron los responsables de la parte megalítica de la plataforma de Baalbek o no.

No tenemos noticias históricas sobre la construcción del conjunto de templos. Es patente que no hay referencias escritas romanas sobre esta obra (en particular, el muro de contención) ni sobre sus artífices; cosa que sorprende dada la grandiosidad del conjunto. En cuanto a las leyendas, sin duda pueden ser muy sugerentes. Pero desde un punto de vista científico no aportan ningún elemento susceptible de análisis.

El recurso al megalitismo es impropio de la arquitectura o ingeniería romana. Es innegable tal hecho, pues la construcción con grandes piedras en época romana ya era cosa de un pasado muy remoto.

Está claro que el megalitismo típico del Mediterráneo y la Europa atlántica desapareció hacia la Edad de Bronce; y que a partir de entonces las soluciones arquitectónicas prescindieron generalmente del uso de grandes bloques.

Los romanos no eran capaces de mover pesos descomunales.  Los autores alternativos creen que los romanos carecían de los medios necesarios para transportar o manejar bloques del tamaño del Trilitón.

Así, estiman que las capacidades máximas de transporte estarían alrededor de las 300 toneladas y que todo lo superase esta cifra sería un trabajo casi imposible.

El tipo de obra en el muro de contención muestra estilos claramente distintos, con una simple observación del muro. Las afirmaciones realizadas por Collins y otros autores parecen evidentes, se aprecian distintos tipos de paramento superpuestos y no colocados regularmente. Lo que da la impresión de una sucesión de estilos. Y de aprovechamiento de una base megalítica de mayor antigüedad por presentar un aspecto de fuerte erosión; que no coincide con la suave erosión de los paramentos superiores o laterales.

Incluso por encima del Trilitón, y antes de las hileras de sillares típicamente romanos; se observa la presencia de unos grandes boques que corresponderían a un megalitismo más “ligero”.

Este tipo de construcción megalítica de enormes bloques que encajan de forma perfecta lo vemos repetido en otros monumentos de antiguas civilizaciones.

No tiene sentido el abandono de la Piedra del Sur, que ya estaba prácticamente completada. Sobre este punto, realmente no queda claro por qué los constructores desestimaron su uso.

Parece suicida tirar por la borda tanto esfuerzo centrado en un bloque de esas dimensiones. Y más en los romanos, que calculaban muy bien todos los detalles de sus proyectos. Esto parece indicar que nos hallamos ante dos proyectos constructivos distintos (y en diferentes épocas).

nuevo bloque megalitico
nuevo bloque megalitico

La hipótesis de los griegos de los reinos helenísticos (o de culturas aún más antiguas) queda descartada. Ellos no eran mejores en cuanto a capacidades constructivas. De este modo, más allá de las leyendas ya mencionadas sobre dioses o gigantes. Baalbek se presenta quizá como un testimonio más de una asombrosa arquitectura megalítica. Que precedió a las grandes civilizaciones de la Antigüedad y que vemos en lugares tan distantes como Cuzco, Puma Punku, Malta, Guiza o Stonehenge.

Para varios autores alternativos, esta arquitectura es el último vestigio de un mundo perdido. La llamada Edad de Oro, en la cual los seres humanos disponían de unos conocimientos que apenas hoy podemos llegar a imaginar.

Muy recientemente la arqueóloga Janine Abdel Massih, de la Universidad del Líbano, hallo en la cantera otro monolito aún más grande. De unos 19,6 metros de largo, 6 metros de ancho y 5,5 metros de grosor, que todavía no ha sido excavado completamente

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