Los orígenes de la civilización de grecia estarían en la isla de Creta, al sureste del Peloponeso, a partir del 2100 a. C. aproximadamente; donde se desarrolla la civilización Minoica; nombre tomado del legendario Rey Minos, que se asocia a la leyenda del Laberinto y el Minotauro.
Los Aqueos, pueblo guerrero invade y somete por las armas a los cretences y luego extienden su dominio a la península del Peloponeso; pero lentamente se transculturizan y adoptan la cultura helénica, es el tiempo de los Reyes Guerreros, hechos hermosamente relatados por Homero, en la Iliada y la Odisea, como por ejemplo: la guerra de Troya.
Luego otros pueblos invaden la peninsula de los Balcanes, ocupando diversos territorios de Grecia y Asia Menor, siendo los principales los eolios, los jonios y los dorios.
Entre los siglos VIII y V a.C. la Península de los balcanes se hace insuficiente para contener y alimentar a la creciente población de grecia; por lo que comienza la migración y el poblamiento paulatino de todas las costas del mar mediterráneo.
Debido a su gran preparación los griegos influyen enormemente en los pueblos vecinos quienes empiezan a transculturizarse utilizando elementos de la cultura de grecia. Los griegos vivían en ciudades-estado independientes, entre las que se destacó Atenas, donde los hombres atenienses lograron consolidar un sistema democrático.
Entre los productos básicos de la dieta griega destacan: las legumbres, cebollas, ajos, repollos, aceitunas; las frutas como las uvas (utilizadas para elaborar vino), los higos, manzanas y peras. Por ser una región bañada por el mar, constituye un producto básico de la alimentación el pescado, mariscos, calamar y pulpo.
A semejanza de varios pueblos de la antigüedad, los griegos eran politeístas. Creían que los dioses eran seres inmortales y vivían en el Olimpo; pero constantemente estaban en contacto con los seres humanos; interviniendo en su vida e incluso enemistándose o uniéndose con ellos.
Los griegos celebraban grandiosas fiestas en honor de los dioses, a nivel nacional e internacional. Las fiestas nacionales más importantes eran las Panateneas y las Dionisiacas; mientras que las fiestas internacionales más destacadas eran las Panhelénicas.
Los griegos fueron un pueblo de artistas, especialmente orientados a la arquitectura y escultura.Desde el punto de vista arquitectónico los griegos crearon tres tipos de órdenes: Dórico, Jónico y Corintio.En todos ellos el soporte esencial es la columna, la que marca el carácter del estilo.
La antigua ciudad espartana, incluso en sus días más prósperos, sólo era un grupo de cinco pueblos con casas simples y algunos edificios públicos. Los pasos que conducían al valle del Eurotas se defendían con facilidad y Esparta no tuvo murallas hasta finales del siglo IV a.C.
Los habitantes de Esparta estaban divididos en ilotas (esclavos), quienes realizaban todos los trabajos agrícolas; periecos, una clase sometida de hombres libres pero sin derechos políticos, que principalmente eran comerciantes; y los ciudadanos espartanos (homoioi o iguales), la clase gobernante política y militar, descendientes de los dorios que invadieron la zona en el 1100 a.C.
Las primeras luchas de Esparta fueron contra Mesenia, en el suroeste del Peloponeso, y Argos, una ciudad localizada en el noreste de dicha península. La primera guerra contra Mesenia terminó hacia el 668 a.C. con la derrota de los dorios, la mayoría de los cuales fueron reducidos a la calidad de ilotas.
Por lo general, vencieron a los descendientes de los aqueos y a los dorios de Argos en las guerras que mantuvieron con ellos. Con su disciplina severa, se convirtieron en una nación de guerreros decididos y osados; capaces de un patriotismo abnegado, como demostraron los 300 héroes de las Termópilas; cuando en ese desfiladero perecieron las tropas del rey espartano Leónidas I enfrentadas a los persas (480 a.C.)
Pero incapaces de adoptar un programa político y económico sensato; debido a la peculiar configuración autoritaria y poco representativa de la sociedad y el poder político espartano; todo ello agravado por el siempre presente enfrentamiento con las sucesivas revueltas de los ilotas.
A mediados del siglo IX a.C., la ciudad-estado (polis) de Atenas se anexionó el territorio que la rodea, incluyendo el puerto de El Pireo. Cuando la monarquía fue sustituida por una aristocracia nobiliaria, los ciudadanos atenienses obtuvieron algunos derechos.
El Areópago (consejo de ancianos) dominaba la ciudad y designaba tres magistrados (posteriormente nueve), o arcanos, con carácter anual, que se responsabilizaban de la dirección de los asuntos bélicos, religiosos y legislativos. El descontento con este sistema, desembocó en un intento de acabar con él durante la dictadura de Cilón (632 a.C.).
La persistencia de la agitación social, llevó a Dracón a dictar un riguroso código de leyes (llamadas leyes draconianas y cuyo uso hoy se aplica a leyes muy estrictas) que promulgó en el 621 a.C.
Este código, vino a agudizar aún más la crisis social y económica pero, en última instancia, llevó al nombramiento consensuado de Solón como arconte en el año 594 a.C. Solón instituyó un consejo (Bulé), una asamblea popular (Ekklesia), y tribunales de justicia.
También impulsó el comercio, reformó la acuñación de moneda, y atrajo comerciantes extranjeros a la ciudad. El éxito de sus reformas sólo fue parcial.
En el año 480 a.C. Atenas fue saqueada y estuvo a punto de ser destruida por los persas. El político ateniense Temístocles, que había derrotado a los invasores persas en la isla de Salamina, inició la reconstrucción de la ciudad, construyendo murallas defensivas en torno a Atenas y El Pireo.
También empezó a construir otra muralla que conectaba a Atenas con su puerto. Sus trabajos fueron continuados por Pericles en torno al 450 a.C. Pericles, más que cualquiera de los restantes políticos democráticos, convirtió Atenas en una gran ciudad.
Usando fondos públicos, construyó el Partenón, el templo de Niké, el Erecteion, y otros grandes monumentos. Potenció el ágora, en la que se podían encontrar productos de todo el mundo.
Atenas, a la cabeza de la Liga de Delos, formada en el 477 a.C. por diferentes ciudades-estado para hacer frente al peligro persa, se convirtió en un poder de tipo imperial. Sus tribunales juzgaban casos relativos a toda la región del Egeo.
La vida cultural de la ciudad alcanzó un importante auge. Se representaban grandes comedias y tragedias en el teatro de Dionisio, detrás de la Acrópolis, y Pericles atraía a su círculo a los principales intelectuales del momento.
La ciudad, con su sistema democrático en el que participaban todos los ciudadanos atenienses y su brillante estilo de vida, se convirtió en modelo de cultura helénica.
En estos momentos, su población debía rondar los 200.000 habitantes; de los que 50.000 eran ciudadanos varones con plenos derechos políticos, el resto mujeres extranjeros y esclavos, carecían de ellos.
Al ser derrotada por Esparta en la devastadora guerra del Peloponeso (431-404 a.C.), la ciudad inició su declive. Sócrates fue obligado a acabar con su vida, por cuestionar las ideas tradicionales.
Pese a todo, la filosofía siguió floreciendo en grecia. En el siglo IV a.C. aparecieron escuelas de filosofía, como la Academia de Platón y el Liceo de Aristóteles, y Demóstenes, Sócrates y otros, convirtieron la retórica en una de las bellas artes.