El disco celeste de Nebra fue descubierto por dos buscadores de tesoros en 1999. Se trata de un hallazgo arqueológico hecho en el monte Mittelberg, cerca de Nebra (estado federado de Sajonia-Anhalt, Alemania).
El yacimiento arqueológico se encontró, según confesión de los implicados, en el bosque de Ziegelroda; en el monte Mittelberg que está a 252 m de altitud y que domina sobre el río Unstrut.
No se trataba de ningún enterramiento; sino de un depósito donde se habían abandonado las piezas dentro de una cista (vaso metálico con tapa que se usaba para guardar objetos preciosos); sin ningún orden.
Este tipo de depósito es bastante frecuente entre los hombres de la Edad del Bronce y se conocen bastantes ejemplares. Se cree que puedan ser ofrendas a los dioses.
Sus descubridores, Henry Westphal y Mario Renner, vendieron al día siguiente todos los objetos a un traficante de antigüedades de Colonia, Alemania.
El tesoro cambió de manos varias veces durante los siguientes dos años, incrementando su valor. Hasta que en 2001 su existencia salió a la luz.
Se considera que el disco es uno de los hallazgos arqueológicos más importantes del siglo XX. Su superficie azul verdosa contiene símbolos astronómicos de oro.
Cuando pensamos en civilización, solemos dirigirnos mentalmente a lugares como Egipto, Grecia o Mesopotamia. El Mediterráneo, China, o los enigmáticos pero desarrollados pueblos precolombinos de Mesoamérica y Sudamérica. Nunca, o casi nunca, pensamos en Centroeuropa.
Las culturas prehistóricas, en las que no existe un legado escrito a partir del cual podamos acercarnos más a sus conocimientos, pensamiento, etc.; guardan numerosos interrogantes que difícilmente podemos contestar.
En el plano astronómico, podemos imaginar que, de modo general, las sociedades prehistóricas podían sentirse atraidas por la regularidad del ciclo lunar; o la observación del movimiento del Sol y las estrellas en relación a las estaciones del año. Sin embargo, más allá de estas lógicas suposiciones, no podemos saber cuáles eran realmente sus conocimientos astronómicos.
Según la definición de la UNESCO “es la representación concreta de los fenómenos cósmicos más antigua del mundo. Fue enterrado de manera ritual como ofrenda a los dioses, junto con dos espadas, dos hachas, dos brazaletes en espiral y un cincel de bronce, hace cerca de 3600 años en el monte Mittelberg, cerca de Nebra (Sajonia-Anhalt, Alemania).”
La génesis de su hallazgo es del todo detectivesca, ya que unos muchachos que buscaban armas militares abandonadas en la zona dieron con un depósito, rodeado de grandes piedras que lo ocultaban, que contenía un disco clavado verticalmente en el suelo, acompañado de dos espadas, dos hachas, unos brazaletes y un escoplo. Una vez extraídos los restos, los vendieron en el mercado negro de coleccionistas.
Uno de los compradores se puso en contacto con los museos de Prehistoria de Múnich y Berlín, y les ofreció los restos por una cantidad exorbitante, a lo que el director de este último, Wilfried Menghin, le manifestó que el propietario legítimo del tesoro prehistórico era Patrimonio Nacional.
Después de este frustrado encuentro no hubo más noticias de este asunto hasta que, en 2002, de nuevo aparecieron a la venta objetos del conjunto de Nebra, lo que permitió a la policía poner en marcha una investigación que acabó con la detención de los implicados y la recuperación del tesoro.
Es un hallazgo curioso que hoy podemos ver en el Museo Estatal de la Prehistoria de Halle, uno de los museos arqueológicos más importantes de Europa.
Sin duda te asombrará ver este disco celeste en una sala coronada por 70.000 estrellas junto con el resto de objetos encontrados en sus inmediaciones. Curioso por lo que representa y por cuándo fue utilizado.
El disco celeste de Nebra es la representación más antigua que se conoce de la bóveda celeste y de los fenómenos astronómicos. Sin duda un objeto misterioso del que probablemente desconocías su existencia.
El disco celeste de Nebra, que data del II milenio a. C., se realizó en bronce con varias incrustaciones relativas a objetos celestes e incluso con otra serie de ellas que bien podrían utilizarse con fines astronómicos.
El disco de bronce de un peso de aproximadamente dos kilos tiene un diámetro que oscila entre los treinta y uno y los treinta y dos centímetros y un grosor de un milímetro y medio en el exterior, que va aumentando hasta los cuatro y medio medio en el interior.
Es ligeramente cóncavo. No se sabe cuál era su color original, ha adquirido una coloración verdosa a causa del revestimiento actual de carbonato de cobre.
Se reconocen en ella un barco, el sol, la luna, las estrellas y una serie de siete puntos de oro que son el cúmulo de estrellas Las Pléyades según la constelación de hace 3.600 años. En el margen del disco se pueden ver dos arcos horizontales sobrepuestos posteriormente con los que se podía determinar exactamente el cambio de primavera y el de invierno.
Sólo una de sus caras presenta decoración. Ésta consiste en motivos astronómicos, como una media luna, un disco dorado que pudiera representar el Sol, la Luna o Venus, y 32 puntos que podrían corresponder a estrellas, notaciones numéricas o simple decoración.
Todos estos símbolos son de oro y fueron añadidos al disco de bronce. Algunos autores creen que el disco de Nebra puede simbolizar un calendario. La media luna, como Luna, y el pequeño disco dorado, como Sol, podrían representar el calendario lunisolar.
Una vez estudiado y analizado el disco celeste, se comprobó que el originario había sufrido una serie de modificaciones a lo largo de los años. A medida que iban avanzando los conocimientos y quizá también debido a las variaciones que experimentaba su uso.
Se han podido constatar hasta cuatro fases:
Incrustación de un disco solar, una Luna creciente y treinta y dos estrellas que parecen representar las Pléyades que desaparecen del cielo boreal en primavera y reaparecen a principios del otoño.
Se añaden dos arcos separados 82,5o en el horizonte, orientados este-oeste, que representan la salida y puesta del Sol.
Se añade una barca solar entre los dos arcos del horizonte como símbolo religioso.
Hasta un total de treinta y ocho perforaciones en el borde, distribuidas en espacios regulares, lo que sugiere el intento de emplear el disco periódicamente.
Hipótesis de Kerner
Dado que el tamaño del disco dorado es inferior al de la media luna, según Martin Kerner, esto debería indicar que no representa ni al Sol ni a la Luna llena. Por ello, Kerner propone el planeta Venus.
Entre el disco dorado y la media luna, destaca un grupo de siete puntos que podría simbolizar a las Pléyades.
En Mesopotamia, la relación de símbolos correspondiente a Venus (de Inanna / Ishtar), la media luna (de Nanna / Sin) y las Pléyades hacen referencia a la divinidad celeste. Por lo que hay estudiosos que afirman que aquí podríamos ver un paralelismo evidente
hipótesis de Schlosser
Para Schlosser, los 32 puntos que decoran el disco de Nebra deben representar estrellas. Al contrario que para Kerner, para este autor todas las estrellas, excepto el grupo de siete, están colocadas al azar, sin obedecer a ningún patrón ordenado o predeterminado.
Los dos arcos opuestos representan, para Schlosser, dos horizontes. Señalando que los 83º de ángulo que forman al relacionar sus extremos, podrían corresponder, desde Mittelberg (lugar de hallazgo del disco), a los cerca de 83º que separan, en azimut, el ocaso del Sol en el solsticio de invierno y verano.
Para el disco dorado, Schlosser supone más interpretaciones: Sol, Luna llena, eclipse lunar. De hecho, para él, también cabría la posibilidad de que la media luna representase un eclipse parcial, solar o lunar.
Lo cierto es que si la Luna creciente se mueve por encima de las Pléyades, una semana después es posible un eclipse lunar. Esto se produce una vez cada diez años4.
Por el contrario, si la Luna pasa por debajo, esta opción queda excluida. Por ello, el disco dorado podría simbolizar la Luna oscurecida durante el eclipse.
Según esto, los hombres de Nebra sabrían calcular eclipses lunares. Pero dicha suposición sólo es posible si aceptamos observaciones y anotaciones precisas de los movimientos de la Luna durante muchos decenios.
Hipótesis de Hansen
Los estudios de Rahlf Hansen son los más recientes que se han realizado sobre el disco de Nebra. Para este astrónomo, el disco es un esquema de la regla intercalar utilizada en Mesopotamia para el calendario lunar. La idea de dicha regla sería, pues, una importación desde Oriente.
Cuando en el mes de primavera un creciente lunar de, al menos, el tamaño del representado en el disco de Nebra, aparecía junto a las Pléyades, entonces debía añadirse al calendario lunar un mes.
O dicho de otro modo: si desde el comienzo del 12º mes lunar (tras la conjunción) del año, pasan 32 días hasta que la Luna apareciese junto a las Pléyades, entonces debía ser añadido un mes intercalar.
Por ello, este autor piensa que los 32 puntos del disco de Nebra (con los 7 del cúmulo) señalan esos 32 dias. Entonces, en ese calendario luni-solar que representaría el disco de Nebra. Vemos 32 años solares de 365 días (11680 días) y 33 años lunares de 354 días (11682 días).
Tomando el disco dorado como el Sol, los 32 puntos serían los 32 años solares o trópicos. En cambio, los 32 puntos sumados al disco dorado (= 33) simbolizarían los 33 años lunares. Sin contar el creciente lunar, pues este representa la Luna.
El astrónomo Ralph Hansen sostiene que el disco fue un intento de coordinar los calendarios solar y lunar para contar cuándo sembrar las semillas y cuándo hacer los oficios, dándole un sentido casi moderno del tiempo.
http://www.astrosafor.net/Huygens/2007/64/huygens-64-Nebra.pdf
https://animacionesastronomicas.wordpress.com/2016/04/18/disco-celeste-de-nebra/
https://mparalelos.org/el-disco-de-nebra/