En términos generales, la levitacion no es otra cosa que hacer que un cuerpo u objeto se eleve en el aire sin intervención externa aparente. Desde tiempos remotos, esta acción se ha reportado en distintas culturas, especialmente en cuestiones relacionadas con la religión y la mística. Pero ¿realmente existe la levitación?
En la tradición cristiana la levitacion ; definida como la facultad de ciertas personas para elevarse de la tierra sin emplear medios mecánicos ;se atribuye a una cualidad divina; que se manifiesta en un “prodigio” que sobreviene en momentos de piedad y fe intensa. Y se relaciona, por ende, con aquellas personas que poseen cualidades espirituales superiores.
Testimonios
Alrededor de esta incógnita de la levitacion encontramos una narración muy interesante de un gran sabio árabe del siglo X. Nacido en Bagdad, Abu al-Hasan Ali ibn al-Husayn ibn Ali al-Mas’udi es conocido como uno de los grandes historiadores y geógrafos del mundo.
En vida se dedicó a viajar, a conocer gente de todo el mundo, a hacer cartografías e investigaciones, y escribió enciclopedias de grandes proporciones.
Cuando llegó a Egipto, donde finalmente murió, se dedicó a investigar las maravillosas construcciones de esa civilización.En su ‘Crónica universal’ esto fue lo que dijo:
“Los viejos extranjeros gigantes, seres de gran bondad y poder, movían los bloques solamente con la mirada y los ademanes de sus largas manos, pero, al momento de irse, dejaron a sus hijos, algunos pocos papiros luminosos, que se ubicaban debajo de una esquina de la piedra que se iba a mover, y cuando la piedra era golpeada con varitas metálicas, también de ellos, esta se levantaba y se movía con guía siempre, y cuando el camino fuera de piedra, con postes metálicos a lado y lado, esto lo podían hacer cuantas veces quisieran. Poco tiempo después, desapareció hasta el último de los padres y se llevaron sus papiros luminosos y sus varitas, aunque se las hubieran escondido”.
Levitacion en la antiguedad
Según indican cientos de registros históricos, los incas, los esquimales, los antiguos chinos, los ninjas de Japón, los yoguis de la India, los yurok de California y ciertos santos cristianos fueron conocedores del arte de la levitación y de los secretos necesarios para realizar vuelos de duración muy diversa.
Un común denominador de las grandes construcciones de la Antigüedad es el uso de gigantescas piedras para su edificación, tan enormes y pesadas, que grandes científicos en la actualidad se siguen preguntando cómo estas antiguas civilizaciones lograron moverlas y apilarlas:Tiahuanaco,Templo de Júpiter en Baalbek o Pirámides de Egipto.
Los antiguos chinos hablaban de personas capaces de venir de cualquier lugar y desaparecer sin dejar rastro. Se dice que muchos grandes maestros eran capaces de viajar una distancia de miles de millas en cuestión de segundos.
El fenómeno de la levitacion era tan popular en la antigüedad que los chinos incluso le asignaron un nombre: “Bairi Feisheng”, que significa “volar a plena luz del día”.
Uno de los casos más conocidos fue el del monje Fo Mile, conocido como Milarepa, quien según diversas crónicas vivió y alcanzó la iluminación a principios del milenio pasado. Se dice que Fo Mile era visto con frecuencia por los hombres que trabajaban el campo mientras atravesaba el cielo de un lado a otro a gran velocidad.
Muchas culturas aborígenes también hablaban de la capacidad de levitar o de realizar vuelos en trance. Incluso hay quienes dicen que la única explicación del origen de las líneas encontradas en Nazca y otras partes del mundo (dibujos gigantescos que solo pueden ser apreciados desde el aire) radica en que los antiguos disponían de la capacidad natural e innata de volar a gran altura.
Los indígenas de la América precolombina contaban historias similares sobre la levitacion. El cronista español Juan Polo de Ondegardo, quien documentó la forma de vida de los incas en el siglo XVI, escribió que los sacerdotes de Cuzcopodían volar sobre la copa de los árboles. Idénticos poderes se han documentado acerca de los brujos de la tribu de los Inuit (esquimales).
Levitadores
Entre los santos levitadores el más conocido es San José de Copertino (1603-1663), el caso de levitación mejor atestiguado de la hagiografía (historias de las vidas de los santos) católica. Se cuenta que en una ocasión, mientras paseaba con un fraile benedictino por los jardines de un monasterio, se elevó volando hacia un olivo.
Un domingo, durante una homilía, se elevó en el aire y voló hacia el altar, en medio de los cirios. Entre los testigos de las levitaciones, que José llamaba humildemente “mis mareos”, se encontraron un médico, dos cardenales y un Papa (Urbano VIII).
Santa Teresa de Ávila (1515-1582) es otra santa que levitaba espontáneamente durante sus estados de éxtasis místico. “Me parecía, cuando intentaba resistirme, como si una gran fuerza bajo mis pies me levantara”, escribió la santa, quien en una ocasión se vio obligada a sujetar el pasamanos de la comunión para no levitar mientras rezaba en la iglesia.
Los hindúes, considerados grandes expertos en levitación, aseguran que pueden lograr ese estado gracias a ciertas prácticas secretas de respiración y visualización, que les permiten aumentar y alinear la coherencia de sus ondas cerebrales para conectarlas con el campo unificado de la energía cósmica.
Otros aseguran que la levitación se puede conseguir por otros medios. Fue el caso del famoso médium inglés victoriano Daniel Dunglas Home, quien en 1868, ante tres testigos, todos preclaros y respetados miembros de la sociedad londinense, salió levitando por una ventana ;situada a una respetable distancia del suelo; y entró por otra.
Pese a que muchos intentaron desacreditarlo, Home siguió realizando con éxito sus levitaciones durante 40 años, ante testigos célebres como Napoleón III y John Ruskin.
Mecanismos de levitacion
La levitación es un fenómeno que siempre ha cautivado la imaginación del ser humano. Hoy en día, se conocen unos cuantos mecanismos físicos que permiten “sostener” un objeto flotando sin contacto mecánico alguno con el suelo. No obstante, cuando se pretende extrapolar este atractivo fenómeno a sistemas de interés científico o tecnológico, aparecen serias dificultades.
En 1821 el físico danés Hans Christian Oersted observo la conexión existente entre los fenómenos eléctricos y magnéticos.
Llamamos levitación magnética al fenómeno por el cual un material puede levitar gracias a la repulsión existente entre los polos iguales de dos imanes o bien debido a lo que se conoce como “Efecto Meissner”que es una propiedad inherente a los superconductores.
Las ondas son las auténticas protagonistas de una investigación que tiene como base el mantenimiento de las partículas en el aire a través del efecto del sonido.
El dispositivo, conocido como rayo tractor acústico, se enmarca como uno de los inventos más revolucionarios .Un dispositivo capaz de atrapar todo tipo de objetos; ya sea en estado sólido o líquido, y mantenerlos en el aire gracias a la acción de las ondas.
Un dispositivo espectacular que abre una nueva senda en la manipulación de fármacos o instrumentos quirúrgicos en el interior del cuerpo. Y que incluso puede generar la levitación en los seres humanos.
Este novedoso rayo tractor utiliza vórtices acústicos que fluctúan de forma instantánea generando ondas similares a los tornados de sonido. Eso sí, en este caso la velocidad de rotación puede mantenerse bajo control. Incluso es posible manejar con precisión la dirección de torsión de los vórtices.
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